EL VENADO II

1084 Words
KIRON Corrimos por todo el bosque, golpeándonos juguetonamente en el costado, tratando de tumbar el uno al otro. - ¡Vamos, primito! - Eidan habló en mi cabeza, acelerando el paso - ¿Qué no me dijiste que no podíamos llegar tarde? Observe el cielo y la noche se estaba acercando cada vez más. - Eso dije, Verdad - Respondí yendo más rápido, la noche estaba casi sobre nuestras cabezas, pero conociendo a Eidan no podíamos dejar a ese bendito venado. Corrimos un gran tramo hasta que pasamos por el lago e íbamos hacia el bosque oscuro. El maldito venado nos estaba llevando hacia lo más profundo de este bosque. Me detuve a medio camino haciendo qué Eidan también lo hiciera, no me gustaba lo que estaba presintiendo, pero tampoco nos podíamos haber equivocado de camino si lo que estuvimos siguiendo fueron las huellas del animal. - ¿Qué pasa? - Eidan, preguntó, al notar mi duda sobre seguir - ¡No me digas que tienes miedo!, Kiron esta parte del bosque es tuya, ¡vamos!, tú conoces este bosque mejor que yo, no puedo hacerlo sin ti. - Porque conozco este bosque es por eso que me detuve - Respondí, aun sin mover un solo músculo de mi cuerpo lobuno - Algo no me gusta... No me gusta nada. - Está bien, que digas eso si me preocupa - Pude notar el cambio de tono de voz, qué empleo esta vez Eidan, ya lo había preocupado y como no, si de los dos era yo el más infantil en la cuestión de aventurarnos, pero esta vez yo o el aire se sentía diferente. No sabía como explicarlo, sin embargo, había algo que me asustaba. Eidan comenzó a caminar lentamente mirando al frente mientras yo le cubría la espalda. Nos agachamos rápidamente cuando por una gran piedra salto el venado corriendo hacia donde temía qué fuera. Eidan no tardo en correr detrás de él, y yo sin poder dejarlo solo hice lo mismo. En primer lugar, yo le había espantado el venado, así que era mi deber ayudarlo. Muy en el fondo sabía qué teníamos que estar más precavidos debido a donde se había dirigido, ya qué por ese camino uno podía llegar al cantil espiritual, un sitio donde según mi madre se había desarrollado la oscuridad. - ¡Espera, Eidan! - Grité en su mente. Cuando note que se detuvo me sorprendí, Eidan era una persona a la cual no podías decirle algo que hacer o hacía todo lo contrario, pero siempre pensando en cuáles serian las consecuencias de sus actos, obviamente no era tonto. Me acerqué a él, ya qué se encontraba parado mirando algo al frente, pero no llegue ni un poco a su lado cuando Eidan comenzó a gruñir, listo para atacar, no supe en ese momento qué era hasta que me llego el olor nauseabundo de un oscuro. Al llegar a su lado, supe de quién se trataba el olor, era un lobo de color n***o, pudiera qué fuera un rogue o que estuviera con una manada, no podíamos dejar nada de lado. Trate de acercarme un poco a él, ya qué se encontraba concentrado en comerse al venado, qué veníamos siguiendo desde hace un buen rato y no se me hizo raro, pero eso me hizo sospechar qué era completamente un rogue y que no contaba con una manada. No tenía que preguntarle ya qué era completamente obvio, a veces la falta de comida hacia qué lobos como nosotros fuéramos carroñeros. - No te acerques - Soltó de repente Eidan - No me da buena vibra ese lobo. Me detuve y observé al lobo de lejos, cuando Eidan decía algo así siempre teníamos que tener cuidado, por algo él era el Alpha original de Moon Red, y aunque a veces fuera rebelde siempre tenía la capacidad de un líder. No tardo mucho tiempo el lobo en darse cuenta de nuestra presencia y pudimos observa qué tenía una cicatriz algo profunda en su ojo derecho. No nos movimos de nuestros lugares, ya habíamos peleado a lo largo de nuestra niñez con oscuros, pero jamás con un lobo, mis padres decían que teníamos que tener cuidado con ellos, si alguna vez nos topábamos con uno, ya qué ellos se volvían mucho más agresivos. - ¿Te encuentras bien? - Pregunté en su mente, pero la única respuesta qué obtuve fue un gruñido y que se pusiera en posición de pelea. Eidan también hizo lo mismo, los dos estaban listos de saltar uno contra el otro si la situación lo requería. - Esta es propiedad de la manada Moon Red, así que te pediré que te vayas - Continué, tratando de entablar una conversación con él, pero, por el contrario, solamente corrió hacia mí para empujarme y aventarse contra Eidan. Me levanté rápidamente para encontrar la escena de Eidan y él dándose de zarpazos y mordidas. Me aventé contra el lobo cuando tumbo a Eidan, tratando de darle un mordisco en el cuello, sin embargo, este rápidamente me golpeó tirándome nuevamente hacia el suelo y salir corriendo por el bosque hacia el cantil espiritual. Eidan iba a ir detrás de él, pero se detuvo cuando se dio cuenta de que me había convertido nuevamente en mi forma humana y tomaba mi brazo con una expresión de dolor. El maldito había hecho qué me lastimará la muñeca, ahora sabia del porqué mis padres decían que ellos tenían una fuerza descomunal mucho más grande que los otros oscuros. - ¿Te encuentras bien? - preguntó, Eidan, en mi mente. - Sí, soy un hombre lobo - Respondí - ¿Lo olvidas? - Lo sé - Volteó nuevamente a ver hacia donde se había ido el lobo y supe muy bien lo que quería hacer, y no lo iba a dejar, no cuando la noche había caído sobre nosotros. - No te atrevas a irte detrás de él - El tono qué utilice fue bajo, pero filoso, no es que tuviera miedo de que Eidan no pudiera contra el lobo n***o, simplemente no era el momento. - Ya sé... Nuestra ceremonia de ascenso a Alphas - Farfullo, caminando hacia mí para transformándose en su forma humana y posteriormente estirar una de sus manos para que yo me levantará - volvamos a casa para la dichosa ceremonia. Con un asentimiento de cabeza tomé su mano para poder salir del bosque, ya tendríamos tiempo mañana para cazar al maldito lobo qué había matado a nuestro venado.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD