RANDALL BLACK Y EL PRÍNCIPE OSCURO

1563 Words
EIDAN Cuando deje la mansión el viento frío de la noche me golpeó el rostro, no era de extrañar qué las noches ya empezarán a ser frías, porque ya se estaba acercando el otoño. No pare de caminar hasta que llegue al área de entrenamiento para los hombres lobos, quería golpear unos cuantos postes de madera antes de volver a la cena. No sabía cuanto tiempo podía contenerme de sacar las garras. Caminando al centro dejé en el camino de las gradas mi saco y corbata, arremangando mi camisa blanca antes de darle el primer golpe al poste que tenía enfrente de mí, intentando sacar todo de mi sistema. Al tercer golpe me detuve al percibir el aroma de mi Matte por todo el lugar, sin embargo, no me voltee a verla. No quería apreciar su hermoso rostro horrorizado por mi comportamiento de hace solo unos minutos en la mesa. —Deberías de estar en la cena, no tenías que haberme seguido –Dije después de un momento, al notar que no decía nada, no obstante, podía sentir su mirada en mi nuca. —¿Te molesta que te haya seguido? –Preguntó con un tono de voz algo vacilante. En cuanto esa pregunta salió de sus labios no pude evitar por más tiempo no mirarla, ¿cómo podría incluso pensar que algo en ella me molestaría? —Por su puesto que no. –Respondí rápidamente cuando vi que sus ojos se habían humedecido por un momento. —Solamente… No quiero que tengas miedo. —¿Tener miedo? –Frunció su ceño al no entender. —¿A qué le tendría miedo? —A mí. –Contesté, simplemente. —Eidan –Ella caminó hacia mí hasta quedar a solo unos pasos de distancia. —No tengo el porqué tenerte miedo, aunque te conozco hace poco, hiciste lo correcto allá al detener a la señora. No la conozco, pero a simple vista, se ve que es un poco… Controladora. Sentí que un gran peso se me quitaba de encima, creí que ella estaría enojada, decepcionada o asustada por mi comportamiento y el hecho de que la cena que se estaba celebrando en estos momentos en el comedor era completamente por su llegada y que yo se la hubiera arruinado no ayudaba en mucho, y, en cambio, de que tuviera esas reacciones se encontraba aquí conmigo, diciéndome que todo lo que le dije a Nuna era lo correcto. —Es un poco más que una controladora. –Hice una mueca, logrando que ella se riera, no pude evitar levantar una mano para ahuecar su mejilla. Ella rápidamente deja de reír, pero no se apartó, por el contrario, no dejo de mirarme a los ojos. —… Tienes razón; eso me di cuenta solo unos segundo atrás. –Murmuró, sin apartar la vista aún de mí. —Y este lugar, ¿qué es?, Riga me enseñó un poco la manada, pero nunca me trajo aquí. –Como si estuviera saliendo de un sueño, rápidamente quito mi mano de su mejilla y la entrelazo con la suya, mirando alrededor de nosotros. —En esta parte entrenamos a los pequeños y obviamente nosotros también. –Expliqué, mirando alrededor. —Aquí enseñamos a como acabar con un oscuro. –El área de la arena era cuadrada, en medio teníamos una plataforma circular con dos caminos a los lados con escaleras para que los novatos pudieran subir a pelear; y en una esquina había unas filas de postes para los golpes y en la otra un camino de obstáculos. —Talvez la razón por la que no te trajo a conocer este sitio fue de que habría muchos hombres lobos semidesnudos golpeando cosas. —Eso sí que es interesante. –Su respuesta hizo que la mirara rápidamente. —¡Por la diosa luna! –Pronuncie al notar una sonrisa en su rostro para que posteriormente soltará una carcajada. —Nunca me hagas esos comentarios, creí que hablabas de verdad. –Hice una seña con mi mano, juntando el pulgar e índice, indicándole qué tan cerca estaba de ponerme celoso. —Estaba a casi nada de tirar todo este lugar y advertirles a los demás integrantes de la manada que tuvieran bien puestas sus camisetas. —¡Vaya! –Negó con la cabeza con una mirada divertida. —Sí que los hombres lobos son celosos. —No tienes ni idea, pero yo lo llamaría posesivos –Afirmé, ante sus palabras de burla. —… Con algo que es suyo en cuerpo y alma. —Y... y... ¿Q... Qué es un oscuro? –Balbuceó, cambiando de tema ante lo que dije, algo que me divirtió bastante. —Dijiste que aquí venían a entrenar para matar oscuros. —Son criaturas mágicas que prefirieron urdir el mal. –Respondí, mordiéndome el labio inferior, tratando de ocultar mi sonrisa por su actitud. —¿En serio? –Preguntó con interés en sus ojos. —¿Cómo son?, ¿de qué forma ellos se convierten en oscuros? —Ellos matan, hacen un ritual en donde se sacrifica a un individuo inocente. –Murmuré, explicándole lo que era un ser oscuro. —No importa la especie, pueden ser lobos, brujas, ninfas, duendes, entre otros. Sin embargo, esas criaturas dejan de ser buenas personas, así que no queda más remedio qué matarlas. —La manada Moon Red siempre gana las batallas, ¿nunca ha habido un oscuro que les dé muchos problemas? –Ladeo la cabeza, prestándome atención aún. —… Hubo uno… No pele con él porque aún no nacía, pero mis padres sí. –Retire mi mirada de ella, pensando en que no me acordaba del rogue: Randall Black, hasta que Ginge me pregunto sobre un oscuro que le hubiera hecho batalla a la manada Moon Red, solo del príncipe oscuro que fue tío de Kiron venía a mi mente seguido, aunque a él no les costó tanto vencerlo y eso que el plan de Randall estaba comandando por el príncipe oscuro desde un principio. —Ese lobo oscuro fue lo peor de todo, según lo que ellos cuentan. –Tense mis hombros al pensar en todas las familias que se quedaron sin algún integrante o las manadas que solamente quedan como recuerdo sus nombres. —Murieron muchos en esa pelea. —¿Qué pasó con él? –En cuanto su nueva pregunta salió de sus labios, me voltee a contemplarla sin quitarle mi mirada. —… ¿Lo mataron? —Él murió, así que no te preocupes. –Respondí, tratando de calmarla, tal vez preguntaba por qué tenía miedo de que Randall la atacará o un oscuro. —Si viniera un oscuro y me atacara… ¿Tú me defenderías? –Sus palabras le dieron la razón a mis pensamientos, no podía culparla por temer a algo que no conocía, todo este mundo era nuevo para ella. —No solamente yo, sino también toda la manada. –Le dije después de unos minutos. —... No tienes por qué preocuparte por eso, jamás dejaría que alguien y mucho menos un oscuro te lastimara. —Darías tu vida por mí, Eidan –Susurró, acercándose todavía más a mí. —Si yo decidiera quedarme a ser la luna de Moon Red, me protegería con tu vida. —Eres mi vida, Ginge, por supuesto que la daría por ti, sin dudarlo un segundo. –Fruncí el ceño, tomándola por las caderas. Las palabras salieron de mi boca tan rápido como ella hizo su pregunta, no dejaría que nada malo le pasara, Ginge era mi mundo, incluso si escogía a Kiron en debes de a mí. —¿Cómo sería eso posible? –Vaciló ante mis palabras, Ginge estaba confundida, y por su puesto que lo estaría, era una humana. —Tan rápido se enamora un hombre lobo. —Eres mi otra mitad – Expliqué con calma, subiendo una de mis manos hacia su mejilla, acariciándola con lentitud como si estuviera tocando una suave tela de seda. —En mi mundo la diosa luna sabe lo que hace. —Soy... según entiendo la Matte de Kiron y tuya –Su lógica no me sorprendió, cualquiera que tuviera un cerebro sabría que incluso en este mundo era un poco raro que la diosa luna juntará a Ginge con Kiron y conmigo al mismo tiempo. —Entonces aquí estás diciéndome que la diosa luna sabe lo que está haciendo. —Sí, eso estoy diciendo. –Apreté mis labios, cuestionándome por un momento los designios de la diosa luna, pero las palabras que salieron de mi boca fueron otras. —Ella lo hizo por alguna razón. —¿En serio, Eidan? –Volvió a cuestionar. —… Entonces yo soy la que tiene que tomar la última decisión. —Sí, Ginge. –Admití, apretando un poco su cadera. —Tú eres la que tiene que tomar la decisión como una niña grande y buena. —Mmm… No soy una niña y mucho menos buena… –Cerro un poco el espacio entre nosotros, pegando su nariz con la mía. —Para tomar una decisión tan primordial que definirá el futuro de mi vida. —Entonces porque no te ayudo un poco con esa decisión. –No pude resistirme, no después de haber probado sus labios, termine con los pequeños milímetros que me separaban de su boca y la bese. La besé como nunca.

Read on the App

Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD