—Juan David merece un escarmiento, además está causando alboroto, y te está ofendiendo, ¿prefieres eso o deseas que le rompa la cara? Soledad frunció el ceño, se recargó en la pared, no quería causar problemas entre ambos, y menos que la familia Duque pensara lo peor de ella. —No debí irme con él, todo es mi culpa —susurró. Y mientras Juan David seguía insultando a Soledad, ya los vecinos habían notificado al guardia. Christopher escuchó como su hermano discutía con el personal de seguridad del edificio. —No salgas por ningún motivo —solicitó Cris a Soledad, entonces abrió la puerta y salió. —¿Qué está pasando? —preguntó. —Doctor Duque, su hermano está perturbando la tranquilidad de los inquilinos del edificio, han reportado quejas. —Comprendo, entonces llévenselo, no debe tar