Después de un tiempo de permanecer así, en silencio y abrazados siguiendo el acompasado ritmo de la música, él se apartó de ella y la miró, los ojos de ella estaban pequeños, parecían solo una línea en su rostro. -Es tarde, querida, está cansada. -Ella lo miró confusa, no quería separarse de él, estaba muy cómoda en sus brazos y no se movió-. Lo siento, usted quería irse a su casa temprano, estaba cansada y ahora se está durmiendo en mis brazos-se disculpó él con un toque de malicia. Él sonrió, le gustaba ver la forma en que sus mejillas se teñían de rojo. -Venga. -La tomó de la mano y la llevó a un cuarto contiguo donde estaban los duques conversando animadamente con dos parejas más, el coronel Gork con su esposa y el clérigo Hormann y su flamante recién esposa. -El juego terminó,