Al llegar al pueblo, Thomas dejó a la mujer en un hotel. Pagó su estancia por todo el día y se iba a retirar cuando la mujer lo detuvo en el lobby del hotel. -Thomas, vamos, hombre, quédate conmigo, somos adultos, lo pasaremos muy bien, prometo darte un placer que jamás te han dado -ofreció la mujer con descaro, acercándose y poniendo sus manos en el pecho del hombre. -No, señora, lo siento, yo estoy comprometido y amo a mi novia. Mi deber como caballero era traerla hasta aquí, ya lo hice y me voy -se negó él con voz firme, apartándose de ella. -Thomas, no puedes negarte, te estoy ofreciendo mi "cariño". No puedes decir que no -dijo volviendo a acercarse a él, pero en esa ocasión pegó su cuerpo al del hombre sin ningún reparo. -Lo siento si la ofendo -respondió él dando un paso haci