Después de derrotar a Zorvath, Elian y Lirien decidieron ir a un pueblo cercano para descansar y recuperarse. El pueblo se llamaba Brindlemark, y era conocido por su belleza y tranquilidad.
Al llegar, fueron recibidos con los brazos abiertos por los habitantes del pueblo. El alcalde, un hombre amable llamado Thorne, les ofreció alojamiento en su casa.
Elian conoció a Sophia, la hija del alcalde, y se sintió atraído por ella de inmediato. Sophia era inteligente y valiente, y Elian se encontró pensando en ella todo el tiempo.
Lirien, por otro lado, conoció a Finn, el herrero del pueblo. Finn era amable y leal, y Lirien se sintió cómoda con él desde el principio.
Mientras tanto, Aethera observaba desde las sombras, contenta de ver a sus amigos felices. Pero también tenía visiones de un nuevo peligro que se acercaba, y debería decidir si revelar la verdad a Elian y Lirien o no.
Un día, Elian y Sophia salieron a pasear por el bosque cercano. Elian le contó a Sophia sobre su pasado y sus miedos, y Sophia le escuchó con atención.
Lirien y Finn, por otro lado, se encontraron en la forja del pueblo. Finn le mostró a Lirien su habilidad para forjar armas, y Lirien se sintió impresionada.
Pero mientras tanto, una figura oscura observaba desde las sombras. Era un hombre llamado Malakai, que había sido un sirviente de Zorvath. Malakai tenía un plan para vengarse de Elian y Lirien, y no pararía hasta lograrlo.