Tanto Stella como Alexander escucharon el estruendo de un grito que salía desde el ascensor y al mismo tiempo uno de como algo de vidrio chocaba contra el suelo en dirección de la oficina de Scott, lo cual aturdió a la publicista. — Alexander... — Dijo apenas como algo parecido a un suspiro una Stella aturdida ante una posible improbable situación con Scott. Por otro lado, Alice estaba llegando a la planta baja del edificio del Emporio Dietrich. Por suerte sólo estaba Miguel García, el portero de la empresa quien quiso saludarla, pero ella salió huyendo despavorida por el dolor que llevaba en el corazón por haber recibido un trato tan duramente frío de parte de Scott. Y no era para menos, por primera vez Alice sabía que había herido el corazón de un hombre, primero porque él se lo hab