— Alice, salgamos...
Soltó de repente Katherine porque se sentía aburrida de estar en la sala de su amiga sin decirse absolutamente nada luego de comer comida mexicana, a petición de la festejada. Lo que Alice no entendía era que para dónde irían ellas dos si ella sólo tenía ganas de beber y Kathy no era de ese tipo de personas.
— Mira, báñate, vístete; préstame ropa para yo hacer lo mismo, y salimos aunque sea para mirar el Central Park.
— Pero aún hace frío, bruja loca.
— Pues vayamos por un capuccino. — Expresó Katherine de lo más emocionada. Estaba de buen humor por su cumpleaños y no quería arruinar su momento, además era un pretexto para sacar de ese estado en que Alice se había metido solita.
Aún era invierno, por lo que tuvieron que abrigarse lo suficiente para poder salir, a
