El juego

1943 Words
Edén . Me despierto más temprano de lo habitual, lo que ocurrió hace algunas noches no me ha dejado descansar debidamente, pues no puedo dejar de pensar en Greco. Afortunadamente no he tenido que volver a ese lugar, eso es bueno pues no quiero verlo, ya me siento lo suficientemente mal con Brady, no quiero lastimarlo él no lo merece. Tomo mis cosas y me voy a la universidad —Hola nena— siento un beso en mi mejilla y sus manos rodean mi cintura —Hola bombón— Exclamo con una sonrisa al verlo y es que él es muy guapo, es el chico más guapo de la universidad, estudia economía, su abuelo era abogado y él quería seguir sus pasos, a pesar de que su padre lo persuadió de estudiar finanzas para que se hiciera cargo de la administración de sus 2 hoteles, así que se quedó en la carrera de economía. Brady comienza a besarme y yo de inmediato Correspondo a su toque, sus labios se mueven en un ritmo perfecto son dulces y muy apetecibles, entierro mi mano en sus mechones rubios para profundizar aún más el beso, el comienza a recorrer el interior de mis labios con su lengua y entonces viene a mi mente la imagen de Greco besándome vorazmente y lo aparto. —Vayamos a clase— le digo con una sonrisa forzada, maldita sea, por qué tiene que venir ese hombre a mis pensamientos. —Vayamos al club por la tarde— menciona depositando un beso breve en mis labios —¿Hoy? — cuestiono extrañada, pues él no suele ir a los clubes entre semana y es miércoles. —Claro, pediré el día en el café— hace dos días no tuve algunas clases y pase todo el día trabajando, así que Sebastián me dijo que podría descansar un día a parte de mi descanso, entonces le pediré este día. Llamo a Sebastián para avisarle y después a Perla para que nos alcance en el club cuando su turno termine. Brady y yo nos adelantamos, elegimos una mesa y ordenamos algo de beber, Brady comienza a besarme, comienzo a sentir un bochorno de calor cuando intensifica más el beso, pero me separó al sentir algo extraño, es como si alguien me observara, me separo discretamente de sus labios y volteo sutilmente a mi alrededor y ahí está. Una vez más está Greco en una de las mesas, se encuentra con el tal Drake que es quien trabaja en su casino. Me lanza una mirada que no se descifra, juraría que sus ojos se han tornado más oscuros, Brady me besa nuevamente, pero me alejo, me siento mal, como besarlo cuando está frente a nosotros el tipo con el que me bese en el baño de aquel sitio. Me siento como una puta. —¿Pasa algo? — cuestiona —Nada por qué preguntas— trato de que no se dé cuenta —¿Quieres que nos vayamos? podríamos decirle a Perla que ya no venga y marcharnos a mi casa— sugiere con un tono sensual y vuelve a besarme, está vez correspondo, pero me separó cuando siento otra vez esa mirada. Se levanta de aquella mesa con su gesto frío y sale del lugar, doy un suspiro cuando veo que al fin se ha ido, de verdad me incómoda su presencia y aún más después de esa noche. —Edén, no me has respondido— reclama Brady, no sé cuánto tiempo lo he ignorado —Perdón bombón ¿qué decías? — cuestiono con voz mimada —Que podríamos ir a mi casa y avisarle a Perla que ya no venga— sugiere otra vez tratando de seducirme —Eso sería muy grosero de nuestra parte Brady— en realidad digo eso por qué no quiero estar a solas con el por qué sé que insistirá en que tengamos sexo y ahora me siento bastante confundida. Un rato después llega Perla con un chico que seguramente acaba de conocer, pues no recordaba ni su nombre al prestarlo. Se sientan con nosotros y comenzamos a beber, bailamos y pasamos un buen rato. Más tarde Brady me lleva a mi departamento, antes de que baje de su auto se acerca a mí y comienza a besarme, respondo a su beso que primero empieza de forma lenta y poco a poco va subiendo de tono, con una mano comienza a acariciar mi pierna por encima del pantalón y la va subiendo hasta introducirla en mi blusa, antes de que su mano llegue aún más arriba lo detengo. —Ya tengo que irme— le doy una sonrisa ignorando su evidente molestia —Te amo, me grita y yo respondo enviándole un beso. Es casi media noche, me quito mis tacones y estoy por irme a la cama cuando suena mi celular, oh no es Col. Contesto soltando un resoplido, pues el solo me llama cuando el asunto tiene que ver con Harvey —Que pasa Col— mi voz es de fastidio, estoy de pie junto a mi cama, recargo una pierna en el colchón esperando que me diga que carajos ocurre. —Es Harvey, otra vez está en problemas— suelta sin más —¿Es en serio? apenas hace unos días tuvo que conseguir 5000 para pagar a Santoro ¿ahora en qué lío está metido? — cuestiono molesta —Está jugando en inferno y ya lleva bastante dinero perdido, si sigue de esa forma excederá aún más el límite— suena preocupado —¿Aún más? ¿que no se supone que el tal diablo no permite que rebasen el límite de crédito? — cuestiono furiosa y extrañada, pues eso es algo que me había dicho Harvey. Tal vez solo lo dijo para tranquilizarme —Pues así era, pero está vez ha dejado que le autorizan más y Harvey no quiere parar. Edén esto es grave, si sigue de esa forma lo único que obtendrá será una gran deuda y se meterá en problemas con el diablo, por favor convencerlo de retirarse. De verdad que no lo puedo creer, Harvey por Dios, por qué eres tan idiota. Tomo unos jeans y una sudadera de sierre y me los coloco de inmediato, también cojo unos tenis y me apresuró a salir del departamento, es casi media noche, llamo a Sebastián y le pido de favor que me lleve hasta ese sitio ya que no logro encontrar ningún taxi. Sebastián accede a llevarme, pero aún tengo esperar unos minutos a que llegue hasta aquí. Comienzo a impacientarme, siento que los minutos se vuelven eternos hasta su llegada. Al fin logro ver las luces de su auto y avanzó hacia donde se encuentra, me subo a su auto y lo pone en marcha —¿Que ocurrió? — cuestiona preocupado, pues por teléfono solo le dije que necesitaba con urgencia ir a un lugar —Harvey— respondo agachando la mirada pues ya sé lo que dirá —Ay Edén, de verdad no deberías ayudarlo, tú te matas trabajando para poder terminar una carrera mientras a él no le importa su vida, perdóname que te lo diga, pero tú hermano no va a parar hasta que termines vendiendo tu departamento para pagar sus deudas de apuestas— Se que tiene razón —Sebas, es mi hermano, mi única familia no puedo solo ignorar lo que pasa y dejarlo así, no soy tan desgraciada. — respondo sin voltear a verlo —Lo se Edén, peor te preocupas por alguien que no va a cambiar y si no te alejas de él, un día te va a arrastrar a su miseria. — quedamos en un incómodo silencio el resto del trayecto. Por fin hemos llegado al casino de Greco. —Gracias Sebas, no es necesario que me esperes, volveré a casa con Harvey, de verdad gracias por traerme. —digo bajando del auto —Si estás segura está bien, nos vemos mañana, golpea a ese cabrón por mí, a ver si aprende— se encoje de hombros y le doy una sonrisa desganada. Entro al lugar y como todas las veces, comienzo a buscar entre las mesas el lugar en dónde se encuentra mi hermano. Al fin lo veo, pero antes de que pueda llegar al él una mano tira de mi brazo, pego un ligero brinco por el susto, volteo a ver quién es y veo a Greco. —¿Has venido a visitarme? — cuestiona serio, está vez su tono es aún más frío, parece molesto —Vine por mi hermano— respondo tirando de mi brazo para soltarme de su agarre —¿Con quién, con el tipo del club? — cuestiona fuera de lugar —¿A caso es tu noviecito? — cuestiona intensificando a un más su agarre — ¿Quiere soltarme? me está lastimando— al darse cuenta de que estaba apretando más mi brazo me suelta de golpe. Llevo mi mano al brazo del que me tenía sujetada —Tu hermano ya debe mucho dinero, más del que puede pagar, es inútil que quieras que se marche ahora, de cualquier forma, no se irá de aquí hasta que tenga una garantía de que me va a pagar. — expresa un tono que se torna helado —Cuanto te debe— cuestiono ignorando que le estoy hablando con demasiada confianza, lo cual a él parece no incomodarle —25,000— responde a secas y Esboza una sonrisa —Maldita sea, y por qué le permiten apostar a alguien que saben que no tendrá como pagar— Inquiero furiosa —Tal vez él no tenga como pagarme, pero estoy seguro de que tú si— espeta recorriendo mi brazo con sus dedos en un leve roce, tal como la primera vez en el club —¿Por eso estabas tan seguro al insinuar que me acostaría contigo cierto? maldito imbécil— Farfullo aún más molesta. —Esa boquita es muy linda, podrías hacer otras cosas con ella en lugar de decir groserías— dice sonriendo, de verdad me frustra. —Ni lo sueñes, eso no va a pasar— le digo segura, aunque no tenga ni puta idea de cómo haré para pagar ese dinero —Te dije que me gusta lo difícil, puedo esperar— Inquiere mientras voltea a ver a la mesa donde se encuentra Harvey —Hagamos una cosa— dice de pronto. —Estoy seguro de que sabes cómo jugar, sino supieras, no sabrías a qué hombres embriagar para que no apuesten— me asombro por sus palabras, las cuales indican que me estuvo observando todo el tiempo el día que me beso en el baño. —No finjas que no sabes, detesto las mentiras— espeta un poco molesto —Y que si es así ¿dime qué quieres? — cuestiono para saber de una buena vez que es lo que trama —Jugaras conmigo, si ganas tu hermano no me pagará nada, pero si pierdes te follare tan duro que no te podrás levantar en varios días. Con eso pagarás la deuda, de cualquier forma, sales ganando— espeta con una mirada lasciva. Maldito infeliz, me quedo unos minutos pensando. —Date prisa antes de que la cifra aumente— espeta ladeando una sonrisa. —Acepto, pero sin trampas y tienes que darme tu palabra de que, si gano, quedaremos a mano— Inquiero levantando la barbilla y sosteniéndole la mirada. —Soy un hombre de palabra, aunque estoy seguro de que vas a perder— lo último lo suelta en un susurro, muy cerca de mi oído haciéndome tiritar. Estúpido Harvey, en qué rayos me has metido.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD