Hayden Graham —¿Qué me dices, señor Mushu? —le hablo al gato que se acerca ronroneando a mí—, ¿leemos lo que hay escrito en ese cuaderno? Apoyo mis manos a la mesa y coloco mi barbilla sobre estas, tuerzo una sonrisa, dedicándome a ver fijamente aquel cuaderno que, como regalo del cielo, había caído en mis manos sin siquiera esforzarme en obtenerlo. Tenía tanta curiosidad de leer todo lo que esa chica se la pasaba escribiendo en él en cada una de sus visitas a la cancha, pero, también estaba la parte en la que estaría cometiendo un delito al revisar un artículo personal de una persona. El gato ronronea a mis pies, frotándose para llamar mi atención. Lo miro y chasqueo la lengua. —Ahora no, Señor Mushu, que estoy tomando una decisión importante —él deja salir un maullido, a lo que so