Hayden Graham Vaya, vaya, vaya. Al menos la noche sí pintaba bien —fue lo primero que pensé al verla ahí al entrar a esta casa llena de niñatos dispuestos a embriagarse y a meterle cochinadas a su cuerpo. Recorro su cuerpo con la mirada, deteniéndome en aquel par de piernas largas que sobresalen de esas botas oscuras, un delicado vestido cubre su cuerpo, el cual se amolda tan bien a su cuerpo, que casi podía imaginarme al sacarlo sobre su cabeza. Esa niña sin duda alguna era preciosa, y, aunque no quisiera aceptarlo ahora, me traía loco. Probar aquellos labios virginales me habían desubicado por completo y ahora, no podía sacar ese puto momento de mi cabeza. —Así que al final sí decidiste venir —Harper se acerca a mí, sosteniendo un par de vasos desechables entre sus manos, me pasa