Carlos Alcázar Con un demonio…estaba furioso, Arturo Abad comenzaba a desesperarme. Acababa de frustrar mi plan para volver a estar cerca de Ana. No puede ser. Me jalé el cabello con fuerza. Alcé mi rostro tratando de tranquilizarme. —Hola hermano —me giré al instante. —¿Martha? —dije con asombro cuando la vi de pie recargada en el marco de la puerta —¿qué haces aquí? Nos abrazamos. La extrañaba mucho. Se suponía que estaba de gira con lo de sus exposiciones de pintura. Era mi hermana pequeña. —Tontito, he venido a verte, quise venir antes, pero tenía que terminar la última exposición de mis pinturas en Nueva York, me ha ido muy bien y ahora si puedo descansar unos días en casa y pasar tiempo con mi hermano favorito. Sonreí, la abracé de nuevo. —¿Qué te parece si cenamos juntos y m