Carlos Alcázar
Sentí una mano que me jaló hacía atrás, era Tania, la miré con resentimiento.
—Por que no nos olvidamos un poco de las viejas rencillas que tenemos, si tu estas dispuesto yo también —entrecerré los ojos analizándola con la mirada, ¿Qué era lo que me estaba proponiendo? —vamos a beber algo.
Tania sonrío, pude ver la lujuria que se dibujó en su mirada haciéndome sentir un cosquilleo por todo el cuerpo, era hombre y claro que ella era una mujer muy atractiva, después de casi morir y pasar tantos meses en coma, mi cuerpo resentía. Por un momento dude si seguirle el juego o no, pero mis necesidades pudieron más.
—¿Dónde esta Martha?
—Se ha quedado con mis amigas, no te preocupes, podemos ir solos.
—Esta bien, conozco un lugar —dije, posando mi mano en su espalda baja con
