¡No puede ser! ¡no puede ser! ¿Cómo sabían que estaba acá la caja? Nunca comenté que tenía una caja, nadie en la casa sabía, alguien me ha espiado, alguien le ha dicho.
Se la han entregado, me han sentenciado a una muerte inminente.
Las lágrimas caían por mi mejilla, comencé a golpear y tirar todo lo que había en mi camino, los libros cayeron, la lampara se estrelló contra la pared rompiéndose en miles de pedazos, grité y seguí aventando lo que había a mi alrededor, de repente alguien tomó mis brazos y me apretó fuerte.
- Cálmate- su agarre cada vez se hacía más fuerte - Deja de patearme, por favor Ann cálmate.
- ¡Me va a encontrar! ¡me va a encontrar! - estaba gritando- Y cuando lo haga me mata, me mata – susurre mientras dejaba de pelear y
