12. Ann

1378 Words

Abro la puerta de mi despacho y le hago señas a Ian para que pase, otra vez tengo esa corriente subiendo por mi cuerpo ¿Por qué no puedo tranquilizarme? entra y cierro la puerta con pestillo ¿por qué hice eso? de todas formas, ya no puedo retractarme. Su espalda ancha aparece frente a mis ojos y no puedo evitar mirar para abajo, anoche toque todo eso, todo su bendito cuerpo tallado a mano y ahora se encuentra frente a mis ojos.   -                   Usted dirá - me quedo parada mientras me da la espalda   -                   ¿Hice algo que te molesto? - su voz es tranquila, y dulce.   -                   ¿Qué? - levanto mis cejas - Algo, ¿cómo qué? - gira para verme   -                   No sé, ahora por ejemplo me tratas de usted, hace un rato frunciste el ceño – me señala - Está

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