UN POCO MAS DE UN MES
El mes que siguió a aquella noche mágica con Nicolás no trajo cambios entre nosotros, al menos no en nuestra relación. Seguíamos escondiendo nuestro amor de sus padres, temerosos de las repercusiones. Pero mientras todo parecía igual entre nosotros, algo en mi cuerpo comenzó a sentirse distinto.
Esa mañana me desperté con una sensación extraña en el estómago, una pesadez que no había sentido antes. Intenté levantarme para prepararme para la escuela, pero apenas puse un pie en el suelo, un mareo me golpeó con fuerza. Me tambaleé, y antes de caer, me dejé caer de nuevo en la cama, sintiendo cómo el cuarto giraba a mi alrededor.
No era solo el mareo. Mi estómago se sentía sensible, como si cualquier cosa pudiera revolverlo. Cerré los ojos, esperando que la sensació
