La rabia hierve en mis venas mientras maldigo a Adiel en silencio. "Demente, psicópata, juro que me las pagarás", pienso, apretando los puños con tanta fuerza que mis uñas se clavan en las palmas de mis manos. La ira me consume, y por un momento, fantaseo con agarrar una piedra del suelo y lanzársela a su lujoso auto, imaginando cómo se estrellaría contra su perfecta cabeza. "¡Qué voy a hacer, mierda!", me pregunto desesperada. Me quedo paralizada durante varios minutos, lamentándome por lo sucedido y torturándome con pensamientos de lo que podría haber evitado si tan solo hubiera caminado más rápido. Ahora estoy completamente empapada, sin saber qué diablos hacer. Si no fuera por el examen que tengo hoy, regresaría a casa sin dudarlo. Pero eso significaría perder la prueba y calificarse