-¡Zenda! Por fin llegas- el fin de semana había culminado y mi rostro se caía de vergüenza al ver a la cara a Peter, mierda, sólo a mi se me ocurría… Un chico tan burlón y odioso como él, ahora sabía más de la cuenta sobre mi. ¿Y si lo asesinaba? Escuché que no estaban haciendo autopsias por la pandemia, podría envenenarlo con una de sus deliciosas galletas-Te estuve esperando, no podía dejar de pensar en lo del fin de semana- dijo él mirándome, o más bien, devorándome con los ojos, y no por nada escogí usar pantalones anchos y una polera enorme, no quería que me viese o al menos, que me comiese. -¿Qué hicieron este fin de semana? -¡Roberta!- grité al ver a la mujer llegar a mis espaldas, Pet parecía tan sorprendido como yo, así que pude jurar que él tampoco se la esperaba, me saludó con