VI

2417 Words
Los detectives llegaron al centro forense, para su sorpresa la doctora Abbat estaba en la entrada, definitivamente cualquier cosa que ella quisiera decirles era de suma importancia y premura. Se bajaron del vehículo y se acercaron a la puerta donde estaba la doctora. - Buenos días doctora - Buenos días detectives Lockwood y Wright, síganme por favor La doctora no espero a que dijeran una sola palabra, se metió rápidamente en el edifico y los detectives le siguieron el paso. Subieron al ascensor, bajaron al subsuelo y fueron a la misma sala de la anterior vez, la diferencia es que ahora había tres c*******s en lugar de uno. Todos tenían grandes incisiones en forma de “Y” en su tórax y abdomen para así dejar a la vista los órganos internos, seguramente la doctora estaba en medio de la autopsia. - Detectives, los informes que he enviado han sido bastante escuetos, como se imaginarán el señor Brown también nos apresura por mandar la evidencia lo más pronto posible. Solo les he mandado una descripción breve de la parte exterior de los cuerpos, pero necesito que miren esto. Saco una bolsa de evidencia con una rosa, tan roja como la sangre, pero un tanto extraña, tenía pétalos donde debían estar las hojas y su tallo tampoco se veía como el de una rosa común. Algo llamó rápidamente la atención de Kreves, estaba en una bolsa similar en la que habían colocado la máscara. - Les explico, al abrir el torso de la primera víctima pude ver que sus pulmones habían colapsado por completo, pero extrañamente se formaba una figura en el pulmón derecho. Realmente no comprendo cómo lo hizo, pero colocó esta rosa dentro del pulmón. - ¿Y la bolsa? Es la misma que usaron para la máscara, acaso esto también tiene rastros de material radioactivo – inquirió John, a Kreves le sorprendió que su compañero pensara lo mismo que él - Efectivamente, las mutaciones que pueden ver son por la exposición prolongada a material radioactivo. Solo hay un lugar donde se pueden encontrar esos niveles tan altos de radiación, pero se supone que nadie vive ahí. - Usted tiene algo más que decirnos doctora, no nos llamó tan temprano para ver a una rosa – dijo Kreves en un tono molesto, no tenían tiempo que perder - Tiene razón señor Lockwood. Los llamé por estos nuevos hallazgos, el asesino hace que sus víctimas traguen mercurio y ácido clorhídrico. Esto es lo que realmente las mata, no los cortes o la desfiguración, que las realiza mientras están vivos, los mata desde adentro… Kreves sabía lo que esto significaba, era una venganza, una cruel venganza. Lo bueno es que ahora sabían que no mataba al azar, estaba llegando a personas específicas, y aunque todavía no tenían identificación alguna, esperaba que pronto la consiguiesen. - Algo más detectives, este asesino tiene una gran precisión en sus cortes, es más, son tan exactos que por eso las víctimas permanecen con vida por tanto tiempo. Yo intuyo que gracias a la exactitud de estos cortes el asesino tiene un conocimiento amplio de la medicina. - Así que estamos buscando a un desquiciado que tiene acceso a material radiactivo, ácidos, tiene conocimientos de la medicina y por alguna extraña razón logra no ser visto por nadie, ah y no deja ni un solo rastro de él – dijo John en un tono burlón, realmente le frustraba ver que un asesino los estaba usando como marionetas. En ese momento llegó la señorita Abbat, el capitán Brown había llamado. Otro cuerpo había aparecido, pero eso no era todo, se les solicitaba a ambos detectives regresar inmediatamente a la estación. El capitán tenía que hablar con ellos y le exigía que se dirigieran en ese mismo instante. Kreves y John se despidieron de la doctora Abbat y se dispusieron a seguir a la señorita Abbat para salir del edificio. Kreves estaba saliendo de la sala de autopsias cuando la doctora Abbat lo tomó por la espalda. - Esa es la autopsia completa de los c*******s, aunque temo decirle detective que no hay mucha evidencia que lo pueda ayudar. Kreves recibió la carpeta con los nuevos hallazgos y caminó rápidamente para alcanzar a John y la señorita Abbat. Condujeron lo más rápido que pudieron, después de todo las calles de Londres estaban desoladas, lo cual hubiera sido extraño si no estuviera un asesino serial brutal caminando libremente por las calles. Llegaron a la estación y vieron que todos estaban eufóricos, los teléfonos sonaban sin cesar, parecía que el caos que se observa en las escenas del crimen hubiera llegado a la estación. Kreves buscó rápidamente al capitán Brown, lo pudieron ver en su oficina con el ceño fruncido y teniendo un periódico en su mano, al ver a los detectives este se acercó, se podía ver la furia en sus ojos. - Y así señores se crea pánico – Dijo el capitán Brown bastante molesto, y no era para menos, podían ver, en la primera plana del periódico, una carta del asesino. – Y no es solo este periódico, son todos los de Londres, absolutamente todos han publicado la misma noticia en primera plana. Los detectives se quedaron atónitos, realmente era una nota que provocaba terror con tan solo leerla. Querido Londres, Realmente tengo que preguntarme si Morfeo se encuentra en su ciudad. Tienen una vida tranquila, yo diría que han nacido en cura de oro. Para muchos de ustedes su única preocupación es salir a trabajar y traer comida a su casa, en resumen, solo se preocupan en mantener el absurdo estilo de vida que han decidido llevar. Lamentablemente les informo que su país tiene las manos manchadas de sangre, se ha abastecido del sufrimiento de otros, para obtener recursos, realiza actos atroces y, ustedes, como niños ingenuos, viven engañados. No sé quién tiene la mayoría de la culpa, a la final ustedes eligieron a sus líderes, las acciones de ellos recaen sobre sus cabezas, dieron el poder a monstruos y ahora…verán lo que es uno en carne propia. Lágrimas, dolor y sangre, eso dieron a mi pueblo, a mi gente, a mi país, y ahora señores, les regresaré el favor. Les mostraré lo que realmente es su país y los líderes que lo gobiernan, acabaré con la ingenuidad en la que han vivido por años. Recen a su Dios, busquen su perdón, porque a pesar de que solo rendiré cuentas con las personas más involucradas, siempre quedará en su conciencia el dolor que han provocado, las vidas que se han sacrificado para que ustedes vivan cómodamente. Me da risa ver su desconocimiento, y espero que sea por estupidez humana, porque si no, significa que están al tanto de las atrocidades cometidas, solo que han decidido hacer caso omiso a lo que su nación hace por conformidad. Saludos, el querido asesino de hace 2 días P.S. Espero que me pongan un nombre pronto, estaré un tiempo en la ciudad, los cuerpos seguirán apareciendo al mismo ritmo en que las mentiras de su nación irán cayendo Kreves no comprendía porque publicarían una noticia así, no lograban aumentar ventas, es más, no lograban nada, la gente no quiere sentir terror, y mucho menos saber que hay un asesino libre en la ciudad y que aparte va a seguir dejando cuerpos. El capitán Brown al ver la cara de desconcierto de Kreves le entregó una nota: Periódicos de Londres, Permítanme presentarme, soy el asesino que seguramente la policía está intentando ocultar. Me imagino que por lo menos tendrán una idea vaga de mí y de las víctimas que he ido dejando. Les digo todo esto como preámbulo para que sepan que no estoy bromeando. Adjunto a esta nota una verdad que tiene que ser publicada en primera plana. Si no veo esto en sus diarios en primera plana, personas inocentes comenzarán a morir, personas que no tienen nada que ver con mi venganza. Matar…se vuelve realmente divertido, ese sufrimiento que ves en sus ojos con cada corte que realizas es demasiado excitante. En fin, si no veo esto a primera hora en primera plana, Londres verá realmente lo que es el terror. Nadie podrá dormir tranquilo, se convertirán en mis presas. - Detectives, quiero a este sujeto encarcelado, tenemos un cuerpo más sin identificación y un asesino desquiciado que ahora es conocido en todo Londres. - Capitán Brown, si nos permite queremos ir a la escena para evaluar posibles pistas que el asesino podría haber dejado – dijo John - Tonterías señores, haré que les traigan toda la evidencia, intenten identificar a las víctimas que tenemos, eso nos puede dar un indicio Ambos detectives asintieron con su cabeza y se dirigieron a la oficina donde estaban armando el caso. Tomaron el reporte de la Dra. Abbat y comenzaron a leer los nuevos hallazgos en los cuerpos de las víctimas, además, había llegado el análisis de la moneda y la nota dejada por el asesino en The College Gardens. La moneda tenía rastros de radioactividad, y conmemoraba al accidente de Chernóbil, la nota por su parte no tenía absolutamente nada relevante, excepto por el hecho de que sabía la identidad de Kreves, lo cual desconcertaba bastante, ya que este caso le había sido asignado hace dos días, y nadie, ni el público, sabía todavía quienes estaban atrás de la investigación de los últimos asesinatos. - Kreves, sé que va a sonar improbable, pero toda la evidencia señala a algo… - Que el asesino es de Chernóbil o de sus cercanías - Eso o que perdió a gente importante por el accidente, después de todo se trata de una venganza, no - Si ese fuera el caso, que tiene que ver Londres en todo eso, tendría que estar atacando en Ucrania o a los altos mandos de la antigua Unión Soviética, a la final ahí ocurrió el accidente. - Pues… por algo dijo que son secretos de estado, hay algo más Kreves, algo que nuestro gobierno no quiere que sepamos Aunque John tenía una teoría, todavía nos estaban claros los motivos del asesino para Kreves, si el motivo de su venganza era el accidente de Chernóbil, entonces tendría que estar atacando a quienes fueron los causantes del accidente, no tendría por qué estar en Londres. No obstante, no había como negar que John mostraba evidencia clara de que el corazón de esta venganza era el accidente nuclear más grande que haya visto el mundo entero. La radiactividad, la rosa mutada, la moneda, las máscaras, la nota indicando la masacre hacia su pueblo, el signo en el pecho de las víctimas, todo indicaba una conexión muy fuerte entre este asesino y Chernóbil. Tras amplias horas de indagación, la noche cayó, y el reporte de la Dra. Abbat todavía no llegaba. En este punto no tenían más evidencia que analizar, solo habían podido señalar el sitio en donde había ocurrido el asesinato y establecer una teoría bastante respaldada de que el asesino y el desastre de Chernóbil estaban relacionados. Sin tener más evidencia que analizar, Kreves y John decidieron dejar el caso por el momento, debían descansar para estar preparados en caso de que apareciera otro cuerpo, o, mejor dicho, cuando apareciera otro cuerpo. Tendrían que esperar a que la búsqueda de identidad de las víctimas rindiera frutos, después de todo ya no había nada nuevo en el caso. Al salir de la estación Kreves pudo apreciar lo que significa vivir en una ciudad que se encuentra atemorizada, ver las calles vacías los locales cerrados más temprano de lo usual, que no haya nadie caminando por las aceras y que los coches pasen muy rara vez y si lo hacían pasaban lo más rápido posible y con las luces prendidas. Realmente era una escena triste, manejar por las calles desoladas de Londres. Tras manejar unos 10 minutos, Kreves llegó a su departamento. Estaba en un edificio antiguo de cinco pisos, color ladrillo, ventanas bastante pequeñas que en ciertos casos estaban decoradas con masetas. Había pocas luces prendidas, pero lo que si notó era que, por primera vez, todos sus vecinos habían cerrado sus ventanas y cortinas. El departamento de Kreves estaba en el cuarto piso, era el 403, al entrar su gato Duque lo recibió, él era su compañía, y lo único que tenía de su abuela ya fallecida, era un gato de color amarillo, bastante grande y le encantaba jugar con Kreves. Por su lado, el departamento era bastante común, habría personas que dirían que inclusive tenía un ambiente melancólico. Las paredes eran grises, cortinas blancas, una pequeña sala, un comedor, una cocina que parecía no haber sido utilizada nunca, y un cuarto con su respectivo baño. No era muy lujoso, era lo necesario para un detective que casi no pasaba en casa. Kreves traía consigo la carpeta con la evidencia recopilada, la puso en la mesa de madera que estaba en el centro de su sala y organizó las fotos de los crímenes. Quería ver si encontraba algún patrón o alguna pista nueva que pudiera ayudar con el caso. Revisó sin parar las imágenes, los cortes, el signo, las máscaras, la ubicación del depósito de los cuerpos e inclusive su posición. Estaba a punto de darse por vencido cuando captó algo que llamó su atención. En la acera del primer asesinato habían escrito algo, que a simple vista podía parecer manchas de sangre, pero al observar con más detenimiento Kreves notó algo familiar en ellas. “мирный атом”, Átomo Pacifico, pensó Kreves, pero… él no sabía ese idioma, siempre había vivido en Londres, el único idioma que conocía era el inglés, entonces… porqué entendía esa escritura. El haber comprendido estas palabras perturbó profundamente a Kreves, estaba dando vueltas por su casa mientras trataba de entender por qué entendía un idioma que nunca había estudiado. Lo que más le desconcertaba era que había ciertas partes de su vida que las recordaba muy vagamente, como si estuvieran “borrosas”, eran recuerdos que parecían haber sido borrados parcialmente. Acaso esta parte de su vida, de la cual él no tenía recuerdo alguno, podría ayudar a resolver este caso. Tras verse tan afectado, Kreves guardó toda la información en la carpeta, no sin antes anotar su hallazgo en la imagen de la acera. Después de dejar toda la información en su lugar se fue a dormir, con la esperanza de que en algún momento lograra encontrar claridad del motivo por el cual no recordaba un periodo de su vida.
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