- ¡Detective Lockwood! ¡Detective, despierte! Caroline, necesito la epinefrina, está entrando en shock ¡Detective Lockwood despierte!
Kreves escuchaba a un señor gritando su nombre, él no recordaba la clínica, mucho menos recordaba al doctor. Le costaba abrir sus párpados, no podía articular una sola palabra, todavía persistía el miedo de cuando aquel demonio lo arrastró hacia la oscuridad.
- ¡Caroline apresúrese! Su pulso está disminuyendo
- Doctor aquí tiene – Caroline llegó apurada, ninguno de los pacientes había colapsado así.
El pulso de Kreves descendía con rapidez, su respiración, por el contrario, se agitaba cada vez más y su cuerpo se retorcía como si se encontrara convulsionando. El doctor Beckley sabía que esto podría pasar ya que su cuerpo no estaría preparado para tanta información que iba a recibir, pero nunca se había imaginado un cuadro tan severo como el que estaba observando. Le colocó la epinefrina e intentó reanimarlo, pero Kreves no respondía… Si no lo sacaba pronto del shock podría quedar como un vegetal o aún peor, morir.
- ¡MALDITA SEA! ¡DETECTIVE KREVES, NECESITO QUE DESPIERTE!
En su desesperación el doctor colocó otra inyección de epinefrina, mientras tanto Caroline llamaba a emergencias con la esperanza de que llegaran rápidamente y pudieran salvar al detective. Poco a poco el doctor veía como la vida de su paciente se le escapaba de sus manos, no había nada más que pudiera hacer y ahora todo quedaría en manos del personal de emergencia médica.
Cuando el doctor se había dado por vencido, Kreves despertó, se levantó rápidamente, sus ojos estaban desorbitados por el miedo al no reconocer el lugar en el que se encontraba. Vio a aquellas dos figuras que no se le hacían conocidas, lo cual solo aumentó su pavor.
- ¿DÓNDE ESTOY?
- Señor Lockwood, tranquilo, usted llegó a la clínica en busca de información.
Kreves no recordaba nada, la persona en frente suyo no le resultaba conocida, sus alrededores eran otro misterio para él. Sus ojos escaneaban toda el área en búsqueda de algo familiar, pero no había nada… De pronto, su cabeza comenzó a dolerle, parecía que su cerebro era atacado por fuertes ondas eléctricas que lo hacían doblegarse del dolor.
- ¡Qué me han hecho! ¡por qué me duele la cabeza!
- Detective, necesito que se siente. ¡Caroline, necesito un sedante!
El dolor solo se intensificaba, y con este la furia del detective, se sentía amenazado por aquellas dos figuras delante de él. No acababa de entender los motivos por los que se encontraba ahí, no recordaba nada aparte de ser arrastrado hacia la oscuridad por una criatura. El doctor Beckley al ver que Kreves no lograba tranquilizarse le colocó un sedante, y así Kreves dejó que la oscuridad lo envolviera una vez más.
Tras un par de horas volvió a despertar, esta vez ya no sentía el dolor intenso de cabeza de antes, miró a su alrededor y pudo reconocer el consultorio del doctor Beckley, sin embargo, este no se encontraba ahí. En su brazo izquierdo tenía colocada una vía intravenosa por la cual pasaba suero mezclado con el tranquilizante. Kreves se retiró cuidadosamente la aguja de su piel, buscó su gabardina, su teléfono, su reloj y su arma. El primer objeto estaba en una silla frente a él, los otros tres no aparecían por ningún sitio, hasta que recordó que él mismo se los había entregado al doctor Beckley al comenzar la cita.
Caminó hacia la puerta para salir al pasillo, necesitaba encontrar sus cosas para salir rápidamente de ahí y reportarle sus hallazgos a su compañero. Al salir escuchó la voz de la mujer que lo había atendido al comienzo, Caroline… estaba susurrando, esto solo provocó que la curiosidad de Kreves aumentara. Se acercó lo suficiente hasta poderla escuchar sin que ella lo viera. Caroline mantenía una conversación con otra persona, pero no físicamente, estaba hablando por el teléfono de la clínica. Al otro lado de la línea se escuchaba claramente una voz masculina, no obstante, no podía distinguir si se trataba del doctor Beckley o no.
- Lo que puedo informar es lo que ya se lo he dicho, cuando despertó entró en un ataque de pánico y el doctor no pudo interrogarlo para saber si recuperó la memoria o no. – A pesar de que Kreves podía escuchar a la voz en la otra línea, no podía determinar con precisión qué estaba diciendo la otra persona.
- Si, yo sé que usted se encuentra interesado en averiguar si llegaba a recobrar la memoria o no, pero le digo que el momento en el que despertó estaba como loco. Lo único que decía y repetía era que lo dejemos en paz, que debía escapar.
- Ahora está sedado, seguramente cuando despierte estará más tranquilo y podré averiguar lo que me está pidiendo señor Lockwood.
Kreves apretó fuertemente su mandíbula, intentaba contener la ira para no acercarse hacia Caroline y estrellar el teléfono sobre su cabeza. Otra maldita vez sus “padres” estaban interviniendo en sus asuntos. Es más, era como si quisieran evitar que él recordara algo, se podría llegar a pensar que estaban encubriendo alguno de sus tantos misterios. Apretó sus puños, pero no pudo evitar que la rabia lo consumiera, y sin pensarlo dos veces se acercó rápidamente hacia Caroline, le arrebató el teléfono mientras ella lo miraba estupefacta y enfrentó a la persona de la otra línea.
- Hola Benjamin, parece que no entendieron que dejen de meterse en mis asuntos
- …
- Por favor, escuché a esta amable señorita decirte señor Lockwood – Kreves dirigió una mirada hacia Caroline quien inmediatamente bajó la cabeza al sentirse acorralada.
- Kreves… no es lo que tu piensas
- ¿No? Entonces es una mera casualidad que primero intentaran sacarme del caso y ahora quieran enterarse de qué recuerdos llego a recobrar. ¿Tienen algo que ocultar acaso?
Por un momento la línea permaneció en silencio, Kreves comenzaba a impacientarse.
- Mira Benjamin, no quiero, es más, les prohíbo a cualquiera de los dos, que se le vuelvan a meter en mis asuntos. Ya hicieron suficiente al quitarme todos mis recuerdos de la infancia.
- No entiendes Kreves, solo buscamos protegerte, nada más. – Benjamin demostraba estar realmente preocupado, lo cual ablandó por un momento el corazón de Kreves, un momento muy breve ya que recordó que a pesar de que ellos buscaran su bienestar, eso no justificaba el hecho de que le hubieran extraído toda su memoria a la fuerza. Al escuchar que Kreves no respondía Benjamin prosiguió – Esta persona solo ha demostrado ser peligrosa, y si tú la sigues buscando vas a caer en una de sus trampas.
- Y culpa de quién es que no pueda enfrentarme ante él, el conocimiento es un arma muy poderosa de la cual carezco por completo en este momento.
La línea volvió a permanecer en silencio, sus palabras habían lastimado a Benjamin, pero Kreves no se detuvo, necesitaba decirle todo lo que pensaba, estaba harto de que se metieran en su vida y lo manejaran como un títere.
- Si supiera la verdad no carecería de información vital que me permita enfrentarme a él, así evitaría que más gente muera, pero no. Aquí estoy jugando con este maldito asesino al gato y ratón, y ustedes mis “padres” lo complican cada vez más. Benjamin, esto solo me hace sospechar cada vez más que ustedes saben algo y no quieren que sea revelado.
Otra vez silencio, parecía que estaba hablando con una pared, que sus palabras eran inútiles así que decidió colgar el teléfono, no debía perder más tiempo. Miró a Caroline con evidente enojo, pero antes de que pudiera articular palabra alguna, el doctor Beckley entró a la clínica.
- Detective Lockwood, veo que ha despertado, necesito que me acompañe a mi consultorio ya que debo revisarlo. Después de eso se podrá ir.
- Doctor, lo único que debo hacer es salir cuanto antes, me siento bien, así que entrégueme mis cosas, dígame el precio de la consulta y me iré.
- Detective, usted necesita…
- No me importa, solo deme mis cosas y me voy. No pienso quedarme en una clínica en la que violan el secreto médico paciente y solo por la premura del caso no los estoy demandando
El doctor palideció, su semblante cambió drásticamente y parecía que se desmayaría en cualquier momento, la clínica siempre había respetado la privacidad de sus pacientes.
- Disculpe detective, pero no sé de qué me está hablando, aquí somos profesionales y…
- Si, son tan profesionales que la señorita de acá estaba informando todo lo que sucedió hoy en la consulta a una tercera persona.
El doctor Beckley miro hacia Caroline, en ese momento quería estrangularla, la clínica que tanto le había costado forjar pendía de un hilo por culpa de ella. Si alguien se llegaba a enterar lo que ella había hecho perderían toda su clientela y terminarían en la ruina.
- Caroline, vaya a mi consultorio y no salga de ahí hasta que hable con usted. Detective, aquí están sus cosas. Por el p**o no se preocupe, la clínica cubre todo por este inconveniente. Por cierto, si llegara a sentir otro dolor de cabeza como el que mencionó antes, náuseas, vómitos o pérdida de la consciencia debe ir a emergencias.
Kreves asintió, se dirigió hacia la puerta y salió del edificio. Al estar en el exterior se percató que ya había anochecido, miró su reloj y este mostraba que ya era casi media noche. A pesar de que era bastante tarde Kreves estaba seguro de que John seguiría en la estación de policía, después de todo, tenían un asesino que atrapar.