ED-VIII-

1761 Words
- Buenas tardes, señora Lutsenko, disculpe que no sea caballeroso, pero necesito saber si su esposo ya se encuentra en casa. - Buenas tardes, señor Burakov, mi marido llegó hace unas horas pero salió nuevamente, seguramente estará aquí pronto, pero si necesita algo de él me lo puede decir sin ningún problema. - Disculpe señora, pero esto solo lo puedo discutir con su marido. – mi madre se quedó callada por un momento, por otro lado, la respiración del señor Burakov demostraba su gran ansiedad. - Señor Burakov, en cuanto mi marido llegue debemos salir inmediatamente para Moscú, usted seguramente ya está informado… - Señora – interrumpió bruscamente y con voz de súplica continuó– yo no buscaría a su marido si este asunto no fuera de extrema urgencia, por favor… – mi madre permanecía en silencio mientras meditaba que hacer, después suspiró y prosiguió. - Le informaré a mi marido que lo vino a buscar, por favor dígame en donde lo va a poder localizar. Debo advertirle que lo que tenga que decirle debe ser breve ya que debemos salir lo antes posible. - Sí señora, estaré en la casa de mi hermana, es justo dos casas a la derecha de esta. Ambos se despidieron, mi madre comenzó a caminar nerviosamente por la sala, miró una vez más a la puerta y se dirigió hacia la cocina. Yo había visto al señor Burakov previamente, era conocido por su trabajo en la planta nuclear, inclusive dos de sus hijos menores continuaron con su profesión, ambos eran operadores y su padre ya ocupaba el cargo de supervisor. El único que no seguía con el legado familiar era su hijo mayor, él decidió perseguir otro sueño, estudiar medicina. Partió de Prípiat bastantes años atrás, no había regresado ni siquiera para visitar a su familia, así que la gente ya no recordaba su rostro y hasta olvidaban que él también formaba parte de la familia Burakov. Sin embargo, en estos días escuché que él estaba próximo a regresar, y ahora recordaba a ver visto a alguien con un parecido al señor Burakov… si, el señor que nos habló del Mothman ¿sería él el hijo que nadie recordaba? Pasaron un par de horas, yo seguía en mi cuarto he intentaba concentrarme en otra cosa que no fuera aquella figura tenebrosa que había visto previamente. Todavía sentía su mirada, mi cuerpo comenzaba a sudar frío con solo recordarla, en un comienzo pensé que era solo mi imaginación, que mi mente estaba jugando conmigo, esto tendría más sentido que pensar que había una figura humanoide con alas de polilla en la ciudad, sin embargo, yo no era el único que lo había visto… todos mis amigos estaban igual de asombrados que yo, todos sentíamos el mismo terror y todos sabíamos que no era una simple ilusión. Si tanta gente lo había visto no podía ser una ilusión ¿verdad? Es imposible que tantas personas vean exactamente lo mismo, y no solo eso, esta figura hasta nombre tenía… Mothman. Me encontraba realmente intrigado, si era real que solo aparecía como símbolo de mal presagio, entonces la duda era que iba a suceder en la ciudad. A pesar de mi miedo intentaba encontrar una razón lógica, esperaba que fuera simplemente otro mito creado por la humanidad con el paso de los años, pero si ese no era el caso… todos estábamos en serios problemas. También pensaba en todas las coincidencias que habían sucedido durante el día, primero mi madre, una mujer serena, que siempre ponía a la razón delante de todo, me dijo en la mañana que tenía un mal presentimiento. Segundo el avistamiento del Mothman que, según el extraño del parque, indicaba mal presagio. Por último, la visita del señor Burakov, el cual no era un amigo de mi padre precisamente, eran solo compañeros de trabajo, su relación no era tan fuerte como para que él lo buscara por motivos sociales. ¿Qué era lo que quería decirle a mi padre? Él sabía que mi padre dejó de trabajar en la planta varios años atrás cuando lo transfirieron a Moscú, posteriormente le ofrecieron ciertos estudios y un nuevo trabajo. Mi madre y yo no lo seguimos inmediatamente por mi nana, ahora que ella había pasado al otro mundo ya no había ningún motivo para permanecer aquí. Miles de dudas revoloteaban mi mente, mientras tanto, yo seguía sentado en mi cama tratando de unir mis recuerdos para encontrar una respuesta que me brindara tranquilidad. Pronto sentí un nudo en mi estómago, mi cabeza me daba vueltos, mis ojos se pusieron vidriosos y sentí unas profundas ganas de llorar. No solo me iba de la ciudad que me había visto crecer, ahora yo sentía que esta estaba en peligro, que una sombra de destrucción se acercaba lentamente y yo… no podía hacer nada, solo podía sentarme, esperar y observar. Escucho el timbre de mi casa sonar, este me saca de mi transe y mi cuerpo rápidamente sale del cuarto y baja las escaleras, al llegar mi madre me ve, me mira preocupada y me dice: - … Ya sabes que tenemos que salir rápidamente de aquí, tu padre va a empezar sus estudios fuera de Prípiat y tu no has hecho tu maleta para nada, o acaso no quieres vivir en Moscú. Quería refutarle, ya en la mañana le dije que solo me faltaban ciertas cosas que debían guardar, sin embargo, decidí no hablar, para empezar, no había avanzado nada desde la mañana, y en segundo lugar escuchamos que alguien tocaba la puerta. Mi madre, al concentrarse en regañarme, se había olvidado de que había una persona esperando afuera. Miró por una pequeña ventana al costado de la puerta, sonrió alegremente y abrió, al otro lado estaba mi padre, este… era el mismo sueño que había tenido antes, la diferencia es que ahora sí podía diferenciar la insignia que mi padre portaba en su ropa, esta decía “átomo pacífico”. - Cariño, el bus llega en dos horas espero que… ya tenga sus maletas listas, o sino ustedes tendrán que salir en el bus de la mañana - Ahorita mismo la vas a hacer, ¿verdad? Ky… no hagas que tu padre también te tenga que reprender. Mi mente intentaba que el recuerdo se completara, que por fin pudiera escuchar mi verdadero nombre, y poco a poco este se iba clarificando, sin embargo, hasta el momento solo podía escuchar las dos primeras letras, Ky. Realmente no me preocupa si llego o no a saber mi nombre completo, ahorita necesitaba descubrir cosas más importantes, y en tal caso, si la curiosidad me engullía, podía preguntárselo a mis “padres”. Seguí el mismo camino que en mi sueño anterior, me giré y subí las gradas, solo que ahora hubo un ligero cambio, en este caso no me dirigí al cuarto de mis padres, seguí caminando hasta llegar a la puerta de mi cuarto, pero antes de que entrar escuché que mis padres hablaban en un tono muy bajo, esto solo lo hacían cuando querían ocultarme algo, por lo que solo hicieron que la llama de mi curiosidad aumentara, así que me acerqué lo más que pude a la escalera e intenté escuchar. - Inha, tenías que decirme esto inmediatamente, a qué hora vino el señor Burakov - Andriy, no me dijo a que venía, así que supuse que no era algo de tanta urgencia. – El tono de mi madre denotaba molestia, mi padre suspiró, estaba pensando en que decir, él sabía que cuando mi madre se enojaba era como despertar a un demonio y no quería iniciar una discusión que no iba a ganar. - Inha… el señor Burakov y yo tenemos un asunto importante que discutir, creo que tengo una idea de que es, así que tengo que arreglar unas cosas antes de partir. No podremos salir hoy de la ciudad, lo haremos mañana lo más temprano posible, pero por el momento tengo que salir. - Pero Andriy, desde que llegaste no dejas de salir… - Esto es más importante que tu o yo, solo encárgate de que todo esté listo para mañana. Mi padre salió rápidamente de la casa y podía escuchar la respiración agitada de mi madre, estaba completamente sorprendida, mi padre nunca se había dirigido hacia ella en un tono tan autoritario y esto le preocupaba. Se quedó mirando a la puerta durante unos minutos, después suspiró y regresó a la cocina. Por mi parte yo también regresé a mi cuarto, recogí la maleta que dejé en el piso en la mañana y terminé de empacar. En ese momento me di cuenta de que mi cuarto estaba lleno de cajas de mudanza, lo único que faltaba era mi ropa, unos cuantos juguetes y mi cama. Mientras estaba en la tarea que mis padres me habían dado, escuché que mi padre entraba a la casa, llamaba a mi madre y esta salía de la cocina para dirigirse a la sala. Inmediatamente salí de mi habitación, volví a acercarme a la escalera para escucharlos claramente. - Andriy… necesito saber que está pasando - No te lo puedo decir Inha, sabes que mi trabajo no es algo que puedo discutir. Solo te puedo decir que debemos regresar a Moscú cuanto antes, tuve que arreglar ciertas cosas aquí, pero todavía tengo que retrasar ciertos procesos. No estaré toda la noche en la casa, regresaré en la mañana solo para recogerlos. Lleven solo lo indispensable, luego yo regresaré para traer lo que falte, pero necesitamos salir cuanto antes. - ¡Andriy! Si no me dices que pasa no puedo ayudarte y solamente estás haciendo que me preocupe más - Inha… -- mi padre suspiró, estaba pensando en que debía decir a continuación, si no le decía nada mi madre seguiría preguntando y no dejaría que él termine con su trabajo. Tras escoger delicadamente sus palabras continuó – es información sensible, si lo discuto contigo me pueden acusar de traición. Solo puedo pedirte que salgamos lo antes posible, necesito llegar a Moscú y solo ahí podré solucionar este problema. - Está bien Andriy, te estaremos esperando mañana – la voz de mi madre demostraba derrota, si mi padre no le decía algo era porque realmente era un tema delicado que nos podía meter en problemas. Nuevamente escuché como mi padre salía de la casa, mi madre por su lado caminaba de forma nerviosa por la sala. De repente habló y mi corazón se detuvo por unos segundos… - Sé que estás en las gradas, baja en este momento…
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