Kreves entró al edificio, era bastante antiguo, pero lo habían reformado en el interior y se veía tan moderno como cualquier edificio actual. Avanzó hasta que llegó a un recibidor amplio y con una alfombra roja bastante llamativa, no se encontró con nadie en su camino, parecía que el edificio estaba desierto, cosa extraña ya que según sus cálculos varias personas habitaban en él. Luego de llegar al recibidor caminó unos 20 pasos, ahí se encontró con un ascensor bastante antiguo, entró en este y marcó el piso 3. Para la suerte de Kreves el ascensor era bastante lento, esto le daba tiempo para calmarse, sus manos estaban sudorosas y él intentaba respirar lentamente para así tranquilizarse. Antes de llegar al piso, sacó su credencial de la central de policía de su chaqueta, después de todo no quería perder el tiempo en formalidades.
Llegó al piso 3, el ascensor chirrió al abrirse y dejó ver el amplio pasillo que lo esperaba al otro lado. Las paredes eran blancas y el suelo era de la misma alfombra roja que le había llamado la atención en el recibidor. Miró hacia ambos lados hasta que encontró el cartel que estaba buscando, “The London Psychiatric Clinic”. Avanzó hacia este, pero antes de que pudiera tocar la puerta, dos personas salieron en su búsqueda. Una era una chica de cabellera rubia, pequeña, bastante delgada y de ojos marrones, vestía una falda y chaqueta grises y debajo de esta última, una camisa formal blanca. Por el otro lado, el señor que le acompañaba tenía un aspecto más tosco, era moreno, de ojos grises y cabello n***o, más alto que Kreves y llevaba puesto un mandil blanco de laboratorio.
- Detective, me presento, soy la señorita Caroline y mi acompañante es el doctor Beckley. Queremos saber cuál es el motivo de su llegada.
- Soy el detective Lockwood, hijo de Alexa y Benjamin Lockwood – al decir esto Kreves pudo ver cierto estremecimiento en el doctor Beckley – mis padres vinieron hace trece años a esta clínica para borrar mis recuerdos de la infancia, y ahora necesito recuperarlos.
Tanto Caroline como el doctor Beckley se quedaron atónitos, se miraron fijamente, como si intentaran planear que debían decir a continuación, luego el doctor tomó la palabra:
- Detective, quien realizaba estas prácticas era mi padre, lamentablemente falleció hace cuatro años. El tratamiento que le realizaron es muy riesgoso, juega con ciertas zonas cerebrales que podrían causar daño permanente si no son manejadas de la manera correcta. Yo podría intentar revertir lo que le realizaron años atrás, pero sin mi padre no le aseguro que pueda recobrar su memoria, o que no le queden secuelas de este tratamiento.
- Doctor, debo intentarlo, no solo se tratan de mis recuerdos, de mi tranquilidad, pero también ellos son clave para uno de los casos en los que estoy trabajando.
- Entiendo detective… le he comentado las posibles consecuencias, pero si usted decide asumir los riesgos solo le puedo pedir que me siga.
El doctor se dirigió al interior de la clínica, Kreves lo siguió y la señorita Caroline se encargó de cerrar la puerta tras ellos. Al entrar el ambiente era totalmente distinto. A diferencia de la decoración llamativa del resto del edificio, la clínica era más sobria, completamente blanca, los muebles variaban entre tonos grisáceos hasta blancos y lo único que adornaba era un cuadro de un bodegón al lado de los títulos de los doctores Beckley. Avanzaron hasta llegar a un consultorio, este era diferente a la clínica, los colores de esta habitación eran más oscuros, en el centro había un gran sofá concha de vino y al lado de este un sofá n***o más amplio, lo suficiente como para que una persona se acueste en él.
El doctor entró, encendió la luz, la cual era tenue y cálida, y con un gesto indició que Kreves debía entrar.
- Este cuarto es para que los pacientes se tranquilicen, usted debe encontrarse lo más calmado posible o el tratamiento no funcionará. Por ello le debo pedir que deje cualquier cosa que lo pueda distraer en esta canasta, yo le entregaré todo al final.
Kreves colocó su reloj, el teléfono y su arma en la canasta, el doctor luego la colocó en una pequeña mesa que se encontraba al lado del sillón concha de vino.
- Debo explicarle los efectos adversos que este tratamiento tiene, entre ellos están cambios de personalidad, dolores de cabeza, pérdida de visión momentánea, alucinaciones visuales o auditivas, pérdida del apetito y amnesia. Además, debo recalcarle que el éxito no es garantizado.
- Doctor, la tranquilidad de Londres podría estar en mi cabeza, no es momento de que me preocupe de los efectos secundarios. El motivo para el que yo haga esto es mayor a mi simple curiosidad.
- Está bien detective, recuéstese en el sillón, colóquese esto en los ojos – el doctor le entregó unas gafas negras para que así bloquear por completo su visión – y comenzaremos en un momento con el tratamiento. Solo necesito que me responda una pregunta ¿Usted ha recordado cualquier cosa, por más pequeña que sea, de su vida pasada?
- Sí, pero mis recuerdos están distorsionados, hay ciertas lagunas mentales que no logro llenar por más que lo intento.
- Ya veo detective… lo que usted está experimentando precisamente se debe por el tratamiento que le realizó mi padre. Como le comenté es un tratamiento que juega con zonas bastante sensibles del cerebro que busca bloquear traumas tan severos que podrían interferir con la vida cotidiana.
- Doctor, yo no tenía ningún trauma, mis padres adoptivos decidieron realizarme esto para que así no recordara mi infancia y a ellos no les causara problemas en mi crianza.
- Eso hace el caso más simple detective, sin embargo, lo que usted está experimentando es precisamente porque usted está buscando romper esa barrera que se creó años atrás, haya sido en modo de defensa o no. Espéreme un momento y comenzaremos con su sesión.
Kreves pudo escuchar como el doctor salió de la habitación, y tras unos minutos volvió a entrar, colocó música clásica para que así el ambiente fuese aún más tranquilo.
- Detective tengo otra pregunta para usted, en qué momento comenzó a recordar, ¿hizo algo diferente a lo usual que pudiera detonar la recuperación de estos recuerdos?
- Sí, este caso… sospechamos que esta persona es de Ucrania y en una de las escenas dejó algo escrito…
- En tal caso comencemos, dígame la frase que le hizo recordar, repítamela en el idioma en el cual estaba escrita
Kreves iba a refutar que ni siquiera estaba seguro del idioma en el que estaba escrita cuando su cuerpo pareció responder por sí solo:
- мирный атом – En este momento Kreves recordó todo lo que le habían contado, era obvio que él conocía estas palabras, después de todo él vivió ahí, sin embargo no podría evitar sorprenderse al hablar otro idioma, más aún cuando el solo recordaba hablar inglés.
- Ahora, cuente regresivamente en ese mismo idioma desde el 10, a medida que lo haga comenzará a sentir sueño que cada vez se volverá más pesado, y cuando llegue a 0 entrarás en un sueño sumamente profundo.
Kreves comenzó a contar regresivamente desde el 10, en un comienzo le parecía extraño hablar en un idioma que parecía totalmente desconocido, pero su cuerpo parecía tener mente propia, recitaba los números a la perfección, y a medida que articulaba las palabras con total claridad y fluidez sentía que ya no era algo ajeno a sí mismo, le abrazaba un sentimiento de hogar. Al llegar al número 5 sintió como su cuerpo se sentía bastante cansado, sus párpados comenzaron a caer y el más profundo de los sueños se apoderó de él.