Lejos de ti Es lo único que se repite en mi cabeza una y otra vez mientras lloro. Mi corazón se ha roto una vez más y no por sus acciones, no por sus palabras, sino por su rostro. Su precioso rostro estaba desencajado, se veía el dolor en sus ojos, la decepción mezclada con la tristeza por haberle ocultado algo tan importante como esto. Sé que debí decirlo. Carajo, tenía demasiados años para decirlo, pero mi orgullo me cegó y mi corazón roto me impulsó a tragarme todo, a no decirle nada y actuar como si no me importara lo que horas antes había sucedido en la capilla de esa ciudad. Añadiendo que sus declaraciones, tiempo después, me dejaron a mí en jaque. Yo no sabía que estaba drogado, yo no sabía que no recordaba absolutamente nada de lo sucedido. Y, aun así, me quedé callada. Por más