Capítulo 3: Mi paso más difícil

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Simplemente tengo que dejar las cosas más claras, ya que si continuamos con los rodeos los dos estaremos más confundidos. —Marcharme para siempre, no voy a volver. El divorcio estoy dispuesta a darlo, espero que también cooperes, te puedo amar mucho, pero ya eso es hacerme más daño, prefiero alejarme antes de que todos los sentimientos crezcan más. —Muerdo mis labios conteniendo el dolor, él está tan confundido no puede ni creerlo, Adam tiene que conseguir la presidencia de esa dichosa empresa, no le voy a tropezar más su andar. —Es la manera de patear mi amor. Eso que leíste si es cierto, pero yo te amo Emma, cuando se ama no se destruye estas tomando el papel de verdugo, porque quizás no soy una víctima, pero no me dejas dar una explicación, no encuentro las palabras adecuadas para defenderme, estoy paralizado, la basura no es el lugar más indicado para tirar lo más bello, arrancar desde cero ¡Por favor! —Su voz se frena por la nostalgia, esperaría creer que es sincero por lo que estoy percibiendo, sin embargo, es mentira todo. —A esto le llamo descaro. —Saco mi maleta y empiezo a empacar mi ropa, él la coge con sus manos y la lanza lejos, sería más fácil que me dejara ir, pero todo lo está complicando, me hace llorar mucho más. —No te voy a dejar, porque sin ti no puedo vivir, no te alejes Emma no seas injusta ¿los besos cargados de locura dónde quedan? eres la mujer más indispensable en mi vida, ese miserable contrato ya no me importa. —Él besa mis labios, los dejó intactos sin hacer ningún movimiento, la indiferencia enseguida me corresponde a mí, así caiga al suelo me levantaré con las pocas fuerzas que me quedan. —Todo eso ya no existe... —Me dirijo hacia la cama y me siento en el borde, recuerdo que los mejores momentos de mi vida fueron a su lado, sí me toca aceptar que él no volverá a tocar mi cuerpo lo haré, porque no voy a hacer la que se aguante todo, solo seré yo la herida, Adam ya buscará alguien que le ayude a conseguir todo, aunque le toque empezar desde cero, la ambición no tiene límites. —De aquí no sacas nada, es más no te vas ni tú, mentí porque tú no hubieras accedido, pero eso no quita que eres mi refugio de amor el más preciado, dejemos que el tiempo sane y sea el que decide, actuar con la cabeza caliente solo te hará equivocar. —Se sienta a mi lado, tenerlo tan cerca me hace dudar del paso de alejarme, levanto mi cabeza para que se dé cuenta que no soy débil, sus ojos se esparcen por las partes de mi cuerpo. —El problema ya está resuelto, sabes que dejó todo, prefiero irme con las manos vacías, y no estar más tiempo creyendo tus mentiras. —Me pongo de pie, y las lágrimas me ganan, quiero gritar para deshacer esto que me atraganta. —¿Te está esperando algún infeliz verdad? Por ese motivo es que olvidas todas las cosas buenas que hago, que falta de criterio tienes, ¿Emma me estás siendo infiel? Por lo que veo no sientes lo mismo. —Me observa, me intimida tener toda su atención, no he tenido el gozo de obtenerla. Todo fue tan rápido desde que lo conocí, creí que esa prisa era por el amor tan incondicional, pero ya no me sorprende si llego a enterarme que él tiene andanzas con otras mujeres, está es la guerra interna que empezaré a vivir, estaré condenada a sentirla. —He sido tan leal a la persona que menos lo merece, ese eres tu; me quedaré con todo el amor que tenía guardado, me duele que no me hayas confesado eso, todo estaba destinado para que así sucediera y no voy a seguir llorando por desilusiones que no valen la pena, aprender a borrar todo para ser más precavida y dejar de creer en el buen corazón de las personas, más falsas que solo buscan ventajas. —Las palabras están sobrando, porque el amor falta, es lo que me hace sentir lastima por todo lo que ya no es. —Emma no más mi vida. —Idolatre este amor, porque lo sentí tan mío, si no estabas a mi lado la vida se me iba hacia un costado del que no podía rescatar nada, pero ese calor no llego, y solo habita en esta casa la tempestad ¿te parece que debo resignarme? siempre te escuchaba y yo guardaba silencio, para que así el encanto no se te acabara, que errada estaba —digo y mi autoestima cae hasta desaparecerse, no lo debo ni tener ya, se me acabó la paciencia sería mucho más sencillo buscar un culpable, porque por más intentos realizados lo terminare odiando. —¿Vas a volver? —Él junta sus manos rogándome. Adam es de los hombres que maneja su ego, y verlo así bajando tanto la guardia, me hace querer dar unos pasos atrás y cambiar mi punto de vista. —No —hablo siendo inexpresiva, me levanto y camino aceleradamente, abro la puerta y me desgarro, dejando una parte de mí en ese sitio, me voy con las manos vacías al único lugar donde me siento bien y puedo ser yo misma. Llegó al Buffet de abogados, con mis ojos hinchados de tanto llorar, y las prendas menos presentables que tengo, me tropiezo con mi jefe Derek Fischer un hombre de 30 años, el peor enemigo de Adam, la vida nos cruzó para estar más cerca, levantó suavemente mi mirada y salgo hacia mi oficina, prácticamente huyendo como una delincuente, miró de reojo y él me está siguiendo, no fui capaz ni de saludar, entro y empujo la puerta Derek la detiene con sus manos. —¿Estás bien Emma? ¿No me digas que él idiota de tu esposo te está haciendo sufrir? desde que conocí a Adam, ese imbécil fue mi amigo por unos años, hasta que note lo que es capaz de hacer, es un simple farsante que se gana el corazón de las personas y luego les da una puñaleada en la espalda —Derek habla con tanto resentimiento, me hace sentir muy identificada, porque es tanta la frustración que también se está creando en mí. —No importa, pero gracias por preguntar. —Abro un libro y empiezo a tomar apuntes, es increíble como con solo verme puede hacer deducciones acertadas, me conoce mucho más de lo que logró Adam, el hombre con el que me casé estando tan ciega, se convirtió en mi más dañino veneno.
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