Los nervios no me dejan mantenerme quieta complicando el equilibrio de Lorenzo al manejar.
—Tranquila.- Susurro en mi oído.
Sentir su aliento entre mi cuello y oído erizo mi piel de forma electrizante. Afortunadamente se dejaron ver el primer par de gasolineras sobre la carretera, entendí que pronto el tendría que parar en una. Encuanto eso pase definitivamente si o si tengo que escapar, no puedo seguir tentando mi suerte.
Cómo lo predije, a unos cuantos kilómetros el foco que indica tanque vacío se prendió y nos desviamos hacia la gasolinera más cercana. Al parar Lorenzo se quitó su casco y comenzó a buscar entre los bolsillos de su pantalón. Yo me bajé aún sosteniendo la bolsa de comida llena de billetes.
—Buscas esto- Dije agitando la bolsa con un poco de sarcasmo.
El solo me ignoro y siguió buscando hasta sacar un teléfono de su bolsillo tracero, lo prendió y comenzó a revisarlo sin mas. Mientras el seguia revisando el teléfono sin emanar alguna expresión yo analizo alrededor nuestro en busca de alguna señal para planear mi huida, se me prendió el foco encuanto ví al chico que atiende la gasolinera atraves de la enorme ventana.
—Si quieres puedo ir a pagar mientras tú sigues revisando tu teléfono, de paso traeré algunas botanas y bebidas para el camino.-Dije tratando de ser lo más convincente posible.
Mi escape esta más claro que el agua solo debo asegurar mi distancia entre Lorenzo y su arma para hacer mi movida.
—Bueno, entonces ahora vengo.- Dije de un susurro mientras me giraba en dirección hacia la tienda.
Estoy casi segura que ni siquiera me había puesto atención de lo entretenido que esta, pero no puede dar ni el primer paso cuando tomo mi mano jalando me hacia el. Lo único que puedo hacer es rogar que no se diera cuenta de lo que planeo hacer cerrando los ojos fuertemente.
—Ascoltare.- Me dice mientras pega el teléfono a mi oído.
(Siento haberte amenazado con mi arma, pero temia que quisieras huir complicando todo.)
Fue lindo de su parte que descargara un traductor en su teléfono, pero no cambia lo complicado y incómodo que son las cosas. Cuando termine de escuchar me tendió el teléfono con el traductor puesto, hay tanto que quisiera preguntar pero debo aprovechar esta oportunidad. Incline el teléfono lo más pegado a mi que no pareciera sospechoso y busque rápidamente la forma de mandar le un mensaje a mi madre.
[Soy Beatriz, estoy en medio de la nada con un bandido necesito ayuda.]
—Che diavolo stai facendo!-Grito mientras arrebata el teléfono de mi mano.
—Perdon, perdón.-Le suplique.
—Agg.- Suspiro con decepción.
Retiro la llave de la moto de un movimiento brusco para luego caminar hacia la gasolinera dejándome paralizada afuera sola. Mierda este es el momento que esperaba, pero corra hacia la dirección que corra es muy probable que me pierda o me mate algo, no me quedo más que observar a Lorenzo caminar entre los pasillos de la pequeña tienda rascando su cabeza irritado.
Cuando finalmente salió llevaba una bolsa en la mano, agradecí pensando que compro víveres, pero realmente compro un teléfono nuevo de esos desechables. Saco el viejo hecho trizas de su bolsillo y lo arrojó a la basura, provocándome aún mas intriga y miedo. Luego de ello hecho combustible con un semblante normal como si pretendiera que yo no estoy, se subió de nuevo a la moto yo me mantuve en el mismo lugar donde el me había dejado todo el tiempo.
—Salire.- Susurro teniendo me mi casco.
Una ves más mi intento de huir se arruinó, me coloque el casco rápido y me monte detrás de el, debo admitir que esta ves fue mi culpa por no pensar bien las cosas, debí haber aprovechado la oportunidad de preguntar si estoy secuestrada o el solo casualmente rescata chicas de sus prometidos imbéciles para luego llevar las a robar cafeterías y dar paseos nocturnos en medio de la nada de vez en cuando, antes de mandar ese mensaje tan alarmante. Vamos no pueden juzgarme, las películas de romance y novelas deben estar inspiradas en algo o no.
—tenerti stretto. Dijo acelerando al máximo.
A este punto siento que lo hace para fastidiar me, pero que más puedo hacer si yo misma me e puesto en esta montaña rusa, solo espero que allá bajada pronto. Los primeros matices de la madrugada se pintaron en el cielo mediante seguíamos avanzando y al poco rato se nos unieron más caros en la carretera hasta encontramos sobre un bulevar. Dios mío estamos en Nueva York, siempre asido mi sueño recorrer el lugar como cualquier civil. Las veces que e llegado a venir siempre nos la pasamos encerrados en el hotel o en el carro esperando llegar a algún aburrido evento de los que invitan a mis padres. A todas horas es hermoso aquí, ya hay gente en las calles trasladando se de aquí a allá, haciendole justicia su apodo,” la ciudad que nunca duerme". Pronto dimos unas vueltas sospechosas hacia lugares que desconozco de aquí, este tipo me trata como a su moto, me acelera de Zero a mil en menos de un segundo.
—Buongiorno Lorenzo.- Decían algunas personas sonriendo nos al paso que nos entrabamos a la cuadra de algún barrio.
El les contestaba —Ciao- De una forma algo cortante.
Avanzamos unas cuantas cuadras más hasta llegar al corazón del barrio.
—Benvenuti nella piccola Italia.- Dijo Lorenzo muy entusiasmado.
Quisiera sentirme agradecida por estar aquí ya que es parte del sueño de conocer Nueva York, pero odio que sea bajo estás circunstancias. Mierda será está la primera y última ves que conozca este lugar. Pero debo admitir que nada quita que es hermoso, la gente aquí se a esforzado en hacer el lugar lo más parecido a su hogar natal. Me preguntó porque Jack nunca me a traído después de tantos años de relación.
—Devi essere molto stanco, ti porto nel mio appartamento lì puoi riposarti e rinfrescarti ti porto qualcosa per colazione dopo.
Debe estar bromeando, no entiendo nada de lo que dijo, pero recordar lo Imbécil que fui por traicionar su confianza no me deja otra opción que a sentir con la cabeza esperando que no me haya dicho algo muy de vida o muerte.