Me sorprendí al ver que detrás de él estaba Amilcar.
Vaya, no me di cuenta pero era realmente guapo, llevaba una sudadera color gris y unos jeans azules con un tenis cenizo, se veían realmente bien.
—Hola, ángel —me saludó Amilcar con una hermosa sonrisa en el rostro. Se veía que no era tan amargado como su hermano.
─Hola, Amilcar, por favor no me digas ángel —dije avergonzada.
El brazo de mi novio me tomó firme de los hombros.
Dirigí mi vista hacia otro lado, roja de vergüenza. Edgar puso una cara de muy disimulado disgusto y vio con una mueca de enojo al hermano mayor de Josh.
—Está bien. ¿Vivian? ¿Puedo decirte así? —preguntó risueño el de coleta.
—Está bien, Amilcar —contesté de acuerdo. Joaquín también me decía así. Desvié mi vista hacia Joshua, que miraba incrédulo la situación—. Josh, ¿por qué vino tu hermano?
—Estudiará con nosotros —dijo frío y distante, como si le molestara responderme.
—Entiendo —contesté algo apenada.
Era mejor no decir nada en frente de Edgar. Entendía la situación, así que no era necesario involucrar a más personas.
Luego de que Amilcar se presentara a clases, Joshua y yo les presentamos nuestros amigos: Joaquín e Isadora, quienes en los últimos días la pasaban muy, pero muy acaramelados.
Los había visto más de una vez dándose besitos en los pasillos.
Amilcar fue la atención de muchas chicas, puesto que era bastante apuesto, aunque no tanto como Joshua, mi best friend, que era todo un rompe corazones...
No pasó mucho para que llegara Jacinto Córdoba, mi odioso profesor.
Ay, cómo detestaba ese hombre. Me recordaba a aquel curso que reprobé y tuve que ir a la escuela de verano, pero fue también la causa de que Joshua y yo nos volviéramos mejores amigos…
Flashback:
José Oliveira fue el que ayudó a los chicos en la escuela de verano, era un hombre sabio, atento. Hasta Joaquín aprendió rápido.
—Chicos, tienen que hacer un trabajo en grupo —dijo el profe—. El grupo 7 estará conformado por los siguientes alumnos:
—Joshua Palacios.
—Vivian Montalbo.
—Joaquín Garza.
Ese día se reunieron en la casa de Joaquín, Joshua pensaba que Vivian era otra loca fangirl que se le echaría al cuello ni bien los dejaran solos, pero ocurrió lo contrario, ella trataba de prestar la mayor atención a los ejercicios que les habían dejado.
Ese mismo día fueron todos al cine por propuesta de Joaquín, Joshua y Vivian tenían más cosas en común de los que parecía, a ambos les gustaba mucho las películas de acción, terror. Además, a ambos también les apasionaba la lectura sobre casos de asesinato.
Eran adictos en ciertas medidas a los juegos de play, Joshua vio en la pelinegra a una gran amiga, luego de esa tarde, ambos se volvieron amigos inseparables, además que lo vieran con Vivian, hacía que muchas de sus acosadoras admiradoras que se alejaran, aunque todos sabían que lo que existía entre ambos era una gran amistad.
Una amistad que se fue fortaleciendo con el tiempo.
Vivian también se volvió amiga de Joaquín, pero nunca tuvo la confianza en el pelinegro con la misma medida que la tenía con cierto castaño con ojos oscuros como las noches sin estrellas.
Joshua estuvo al lado de Vivian cuando murió su padre, víctima de un accidente de tránsito, él la apoyó en los momentos más difíciles y fue su paño de lágrimas, que ni Edgar siendo ya su novio, era capaz de consolar.
Ambos eran demasiado unidos, el castaño se volvió como el hermano que Vivian no tenía. Eran el soporte del otro.
Joshua sacaba un lado tierno y gentil cuando estaba con ella. Era la única persona con quien rompía su estoica coraza con la que disfrazaba los sentimientos encontrados que tenía por la tragedia que vivió.
Fin Flashback.
—Tierra llamando a Vivian —dijo el idiota de Joaquín, para sacarme de mis recuerdos.
Al voltear, una sonrisa afloró mi rostro, él me miró con su profundos ojos azules, yo desvié mi vista de Joshua que me empezaba a sonreír, creo que ya se le estaba pasando el mal humor.
Además, el que Amilcar esté cerca, ayudaba a bajar los humos del renegón de mi amigo.
—Chicos, este sábado habrá otra fiesta en mi casa —interrumpió Nigel con una sonrisa en el rostro.
La palabra fiesta resonó en el aula.
Todos volteemos a verlo, estaba junto a una chica muy bonita, era un año menor que nosotros, Tamara, creo que se llamaba. Todos respondimos que iríamos, sábado era sinónimo de diversión, somos jóvenes.
Esta sería la primera fiesta a la que iría con Edgar. Él me sonrió y pasó su brazo por mi espalda.
Joshua dijo que no sabía si ir y me miró. Amilcar lo animó y al final, terminó aceptando.
**
El resto de la semana pasó sin ningún suceso importante, respecto a la tarea que me dejaron con Joshua, fui el viernes en la tarde para avanzar e hicimos la mitad del proyecto.
No sé porqué, pero Edgar no quiere que esté cerca de Joshua. En fin, creo que los hombres son demasiado posesivos.
Respecto a lo que siento, sigo confundida, el estar con Edgar es una gran comodidad para mí, pero ya no siento el apretón en el estómago cuando estamos juntos.
Sus besos ya no los siento igual, es como si por más de que mi corazón intente recordar la razón por la que me enamoré del pelirrojo… no exista más.
Sé que aún debo esperar algo de tiempo para acabar lo nuestro.
Amilcar es un chico bastante risueño en las veces que hemos interactuado, me ha hecho sonreír un montón.
Es grande el nivel que tiene para hacer avergonzar a su hermano, puesto que él es el mayor sabe muchas cosas, le gusta mofarse de Joshua, él se pone rojo y con un "Mhnp" sale de donde estamos nosotros, se ha convertido en un excelente amigo.
***
Hoy es sábado.
Edgar dijo que no irá a la fiesta, su padre fue herido por una bala, al parecer unos malhechores querían asaltarlo y él tenía que estar con él, a pesar de que no se lleva para nada bien con su progenitor.
Esta vez voy vestida con unos Jeans azules, una blusa color crema con encajes en las mangas, llevo el cabello atado en una cola hacia el lado derecho con unos mechones que enmarcan mi rostro, en mi maquillaje estoy con un poco de sombra ahumada en los ojos, base en mi rostro y un poco de rubor melocotón.
Respecto a mis labios, me puse un brillo labial rojo con sabor a cerezas dulces.
Como mi novio no me llevará, llamé a Joshua y Amilcar para que me llevaran en el deportivo de mi pelinegro amigo. Joaquín irá a recoger a Isadora, su ahora novia.
—Hola, renegón —le dije a Joshua, quien estaba junto con Amilcar en el living de mi casa.
—Hola, chica enamorada —se mofó él.
Amilcar me miró intensamente.
—Hola, ángel —me dijo, a la par que depositaba un beso en mi mejilla a modo de saludo.
¿Qué acaso no recordaba que le había pedido que no me llamara así? En fin…
—Vamos, ya es tarde —comuniqué, mientras sacaba el móvil del bolsillo para consultar la hora.
Luego tomé a ambos de un brazo, y nos dirigimos a la fiesta.