CAPÍTULO 13 Visualizo a las personas alrededor de la mesa que esperan mi pronta respuesta con impaciencia y a Nico, que no deja de verme. Hasta me parece que no parpadea, carraspeo removiéndome para sentarme derecha y ponerme al tanto. Bastian me ve un tanto divertido así que mentalmente hago una lista de todo lo que le diré en cuanto salgamos de aquí. Esos ojos azules infernales me persiguen en cada argumento que doy e incluso cuando bebo algo de agua, tengo una sed terrible y no sé si es a causa de haber bebido anoche o es mera reacción ante tanta vigilancia de su parte. Mi jefe nos observa en silencio, rezo porque no se lleve la idea equivocada. La reunión transcurre más rápido de lo que imagino y cuando menos espero los demás comienzan a levantarse de sus puestos despidiéndose con for