La atmósfera en la habitación se cargó de tensión, junto con la incertidumbre, era tan fuerte que incluso Emily podía percibirla en el aire de una forma tan clara como si estuviera rodeada de una neblina. El entrecejo fruncido de Emily hacia juego con sus ojos que se clavaban directamente en Alexander mientras Campbell y Jaime la ataban al sofá con una precisión desgarradora. Mientras tanto, el rubio de mirada penetrante parecía deleitarse con la situación, su sonrisa burlona insinuaba el disfrute de presenciar lo que estaba por suceder. Por desgracia, Thomas no estaba presente en ese momento, había salido en busca de la Garra de la Revelación, dejando a Emily a merced de aquellos hombres.
A pesar de la inseguridad y el temor que acechaban en su mente, Emily no mostraba ni un rastro de mi
