Cuando Alexander sintió que su lengua había explorado lo suficiente, insertó sus dedos en el interior de Emily, acariciándola y estimulándola mientras observaba que su entrada estaba "cerrada". Emily gimió de placer, y fue entonces cuando él comenzó a hacer movimientos circulares en su clítoris, intensificando aún más la estimulación. Notó cómo Emily arqueaba su espalda y apretaba las manos sobre las almohadas, entre gemidos de placer. —¿Te gusta? —preguntó Alexander sin dejar de masturbarla, observando cómo la joven de cabello castaño asintió con la cabeza, temblando de emoción. Alexander no se detuvo, se deleitaba viendo a Emily tan excitada en ese momento, estaba volviéndose loco junto con ella mientras continuaba acariciando suavemente su clítoris. Por otro lado, Emily sentía cómo su