Pasaron las semanas, y reconozco que seguía pensando en aquella declaración de intenciones de Bruno. Cuándo en nuestras conversaciones salía el tema, solo le pedía tiempo. Busqué por internet información, no solamente en páginas de relatos, pues soy consciente de que muchas de las situaciones que se narraban podrían ser meras fantasías y totalmente ajenas a la realidad. Y lo hablé con mi mejor amiga. Como dije ya tenemos cierta edad y somos de una generación en la que estos temas son algo tabúes aún. Begoña, que así se llama ella, un poco sorprendida, siempre me dijo que lo más importante era yo, que tenía que estar totalmente segura de mi misma, y tener total confianza en Bruno. Incluso en un momento me confesó que le llegó a suscitar cierto interés, admirando el valor de Bruno por propon
