Desperté tarde, bastante. Eran las doce y cinco cuando subí al ascensor.
Me miré en el espejo como un acto nervioso.
Usaba una cola de caballo alta, mi flequillo acomodado y no me maquillé por lo que terminé pellizcado mis mejillas y usando un poco de brillo para los labios con la esperanza de agarrar un poco de color.
El atuendo carecía de esfuerzo también, una falda blanca con líneas negras y un body de blonda oscura que era a su vez una prenda íntima, botas altas y nada de bisutería, ni siquiera un bolso, ¿Cuál era el sentido?. No me dio tiempo de nada, desperté pasadas las once de la mañana.
Ni siquiera sé cómo se las apañó Giu para sacar a Didier sin ser visto pero no me importaba, ellos se las apañarían. Daría una pierna apostando a que no es la primera vez que se cuela en su h
