Mis minutos de paz y relajación se acaban demasiado pronto cuando la tormenta llamada Natasha entra por la puerta. Ni siquiera he tenido tiempo de recuperarme de todo lo que soporté hoy durante 3 horas.
¿Por qué tiene que ser tan complicado con esta mujer? Que le cuesta tomar el dinero, aceptar y ahora estuviéramos tranquilos y felices.
Con sólo una maleta en la mano y una fría sonrisa en el rostro, se acercó al sofá.
—¡Entonces tus barcos se han hundido! Cálmate, no soy tan mala esposa— Se ríe descaradamente de esto.
Mujer, me vas a llevar al límite si tengo que pelear contigo cada minuto del día.
—Mala esposa, tal vez no. ¡Pero eres un ser completamente desagradable!
Se lleva teatralmente la mano al corazón y finge estar herida.
—Objetivo 1, cumplido— Ríe, otra vez.
Esta noche te daré motivos para reír, mi querida esposa. Algunas ideas de tortura ya están floreciendo en mi cabeza.
—¿Dónde está el resto de la mudanza?— Asiento hacia el único bolso que tiene— Pensé que les estaba pagando a mis empleados lo suficientemente bien como para poder comprar más ropa
Esta vez es mi turno de ganar. Ella pone los ojos en blanco y me da la espalda, dándome una visión de mil maravillas de su trasero.
—Pensé que me querías más desnuda, pero no hay problema, traeré el resto de mi ropa
Que narcisista es, si de verdad cree que voy a caer en sus palabras, aún no ha descubierto con quién está hablando. Me doy cuenta muy bien de que no ha traído ropa, para tener un motivo para salir de casa. ¡Pero solucionaremos este problema!
—No las necesitarás, el sastre vendrá mañana para tomarte las medidas para un nuevo guardarropa digno de la esposa de Hades Black
Ella se ofende por la perla que saqué, pero rápidamente se recupera y también me humilla.
—Pensé que al menos podrías permitirte un diseñador personal
La sangre empieza a hervir en mis venas y no por sus palabras. Es que no se queda callada en absoluto, se pone demasiado a la defensiva. Juro que si escapa con vida al final de este contrato, haré que alguien la mate y libre a esta tierra de semejante criatura. Tal vez así también salve a un hombre, que se deje engañar por su belleza y su atractivo tranquilo, pero en realidad ella viene directamente del infierno.
Lástima que ese hombre soy yo y no le dejaré reposar la cabeza en la almohada ni una sola noche.
La llevo a su futura habitación, justo al lado de la mía, para darle realmente la experiencia de ser mi esposa. Ella entra a la habitación y no hay reacción en su rostro
Vamos muñeca, un pequeño wow, una mueca... sé que esto no se consigue en tu pequeño apartamento.
—¿Qué haces como un búho en el marco de la puerta? ¡¿Quieres que te ayude a encontrar tu propia habitación?!
En su rostro se puede leer la ironía y el disgusto. Tengo muchas ganas de borrar esa ilusión de superioridad y terquedad, pero todo a su debido tiempo, muñeca.
—Quería mostrarte cómo quitar el edredón de la cama para no estropear nada
Insultar su inteligencia sólo la hace hervir, y sé que me mataría si pudiera. Se pone roja literalmente, y como un tornado esta frente a mí, antes de que pueda aclararme, la puerta se cierra de golpe en mi cara. Juro que ahora sí puedo verla sonriendo frente a la puerta. Regreso a la oficina de mi casa y le digo a Chase que me traiga la "novia" más ruidosa que he tenido.
Vas a pagar por lo de hoy, muñeca, aunque sean sólo círculos.
—¡Chris, estarás en su puerta las 24 horas del día! No quiero que camine por la casa sin obstáculos.
Está de acuerdo y me hace una pregunta que merece una bala en la cabeza.
—Si todavía no la soportas, ¿por qué no buscas a otra persona?
—Ella es la mejor opción y el tiempo es demasiado corto para encontrar a alguien más— se ríe ligeramente de mi explicación y yo frunzo el ceño.
—Creo que te gusta.
Realmente estoy pensando en sacar el arma ahora.
—¡¿Qué diablos estás haciendo aquí?! ¡He estado demasiado loco este día, así que vete!
XXX
La cena ha sido tranquila hasta ahora, solo estamos ella y yo en la mesa, y reina el silencio. No pensé que alguna vez sería tan feliz porque no tengo que escuchar una palabra de la boca de nadie.
¡Gracias Señor por hacerme vivir todos los escenarios posibles!
Este ambiente ya me aburre, así que empiezo a analizar este fenómeno que tengo delante. El cabello largo y castaño enmarca maravillosamente su rostro oliva, cejas perfectas, ojos almendrados enmarcados por largas pestañas negras que te hacen perder, pómulos altos y los labios carnosos la hacen parecer un ángel. Es una mujer hermosa, como rara vez se llega a conocer. Lástima que tenga la boca demasiado grande.
Ella me mira y mastica el último bocado, se ha terminado casi todo lo que hay en su plato, al menos no es una chica que se mata de hambre para mantenerse delgada.
—¿Vas a quedarte mirando mucho más tiempo o me vas a decir de qué se trata este estudio?
¡¿Esa boca del diablo nunca podrá parar?!
—Lo descubrirás todo cuando sea el momento adecuado
—Ajá— dice y toma su plato y lo lava— ¡Espero que no duermas bien!
—¡¿Tú o yo, muñeca?!
Se acerca a mí y justo cuando pensé que me iba a abofetear por el epíteto que usé, toma el plato frente a mí y lo lleva al fregadero, lo lava y sale de la cocina, no sin antes dirigirse a mí.
—¡No lo olvides! Puedo rescindir el trato en cualquier momento, pero tú no puedes darte ese lujo.
Voy a decir algo más, pero dejo que se vaya. Veremos quién se va a poner quisquilloso después de esta noche.
XXX
Tuve un juego extremadamente ruidoso con Ashley, una rubia bastante fogosa, pero sin ideas propias.
Creo que eso es lo que más me molesta de una mujer, que no piense por sí misma. Para eso tienes cerebro, para tomar tus propias decisiones.
Ok, no digo que una mujer así no sea buena, simplemente no es lo suficientemente buena para mí. Mientras que en el extremo opuesto de estas mujeres se encuentra Natasha. Sí, me gustan las mujeres que saben cómo decirte la verdad en la cara en unas pocas líneas brillantes, pero el problema con ella es que no sabe cuándo parar.
No huyo de nada en la vida, por eso la elegí, aunque sé que nada bueno saldrá de ello. Sobre todo porque para conseguir lo que quiero necesito una mujer que sepa cuándo callarse. Pero espero que su belleza compense esa boca. Me pregunto si hay algún hombre que logre soportar la vida lo suficiente como para tomarla como esposa.
De todos modos, ¡le deseo suerte de ahora en adelante!
Cuando salgo al balcón a fumar un cigarrillo, una risita de la mujer del desastre con la que comparto la casa interrumpe mis pensamientos. Mira la pantalla del teléfono y le sonríe como demente. De repente quiero confiscar ese teléfono. Mientras enciendo mi cigarrillo, analizo sus gestos. Suave y elegantemente se lleva el cigarrillo a la boca, da una calada y luego sopla suavemente el humo tóxico a través de esos labios carnosos. No puedo creer que una mujer fumadora pueda ser tan atractiva y elegante sin desprender un poco de vulgaridad en su gesto poco femenino. Hago un ruido teatralmente para llamar su atención, levanta ligeramente la vista y me sonríe.
Ok... ¡¿Sin una sola mirada fea por mantenerla despierta?! ¡¿Sin ninguna respuesta desagradable?! Mujer, ¿podrías ser normal?
—¡Buen día! ¿Quieres un café?— Inclina su cabeza hacia la taza de café frente a ella y me da una sonrisa diabólica.
¡¿Qué hay en esa hermosa cabeza suya?!
—¿Qué sucede contigo? ¿Que haces despierta a esta hora de la madrugada?— La ironía en mi voz ante el cortés discurso la hace estremecerse, y con una mirada fría me abofetea con una respuesta totalmente inesperada.
—Estoy trabajando. ¡Alguien tiene que hacerse cargo de tu negocio! Por si lo habías olvidado, mañana a la hora de comer tenemos que presentarnos para conseguir el terreno en España.
Sabe que de todos modos no me interesa, todo lo relacionado con esta empresa y los nuevos negocios lo dejo en manos de mis empleados. Deja cigarrillo en el cenicero, luego viene hacia mí como un gato y me susurra al oído:
—Si terminaste tu teatro, será mejor que te vayas a la cama, tenemos que tomar el avión mañana a las 7:30. Estás invitado a esta negociación, y si no te presentas, no se realizarán más negocios— dice y se va a su habitación, dejándome digerir la información no tan agradable.
Golpeo mi cuerpo contra una de las sillas y tomo un último suspiro
¡Lo que sigue va a ser un desastre! Estoy seguro de eso.