15.

1309 Words
Pov. Ada Flores. Al siguiente día desperté super temprano, producto de unos estruendosos truenos y relámpagos, al mirar por el balcón no se alcanza a ver el mar siquiera, todo esta nublado y bastante gris, hay muchas nubes lluviosas y ni una pizca de sol. Al parecer el pronostico del clima en el noticiero tenía razón, vendrían tormentas y lluvias, una época diferente para variar del calor de Miami. También anunciaron un torbellino… lo cual me recordaba a la psíquica, ella me lo dijo, gracias a un torbellino, conocería al amor de mi vida… ¿Acaso seria en este que se aproxima? ¿O solo será una coincidencia? No dijo con exactitud, cual torbellino. Negué con mi cabeza, estaba muy convencida, tanto le creía que pensaba que era una realidad. Quizá lo que ella veía era uno de los posibles futuros, pues estaba convencida de que nuestro destino lo escribimos a diario, con cada acción, pensamiento o sentimiento. Que basta una sola cosa insignificante para que todo cambie en un abrir y cerrar de ojos, entonces no podría ser del todo cierto lo visto por la gitana. Estaba segura de que era una simple coincidencia, no era mi realidad ni lo que me deparaba el futuro. Después de salir de la ducha, me vestí y fui a la cocina, me preparé unas tostadas, café y fruta picada. Baje al subterráneo y busque el auto que me facilito la familia Bonnet, pase por los niños, que para mi suerte ya me estaban esperando. Los lleve a la escuela y decidí pasar un tiempo sola, fui a la playa cerca al muelle, me quite los zapatos y camine por la orilla, mientras inhalaba el olor a sal y pescado, me gustaba por mas raro que sonase, siempre quise vivir en la costa, ver, oler y sentir el mar. Desde que nací siempre estuve en la sierra, con el frio de las montañas y picos nevados, me aburria de cierta manera. Me adentré un poco más, pisando la arena, para llegar a la orilla y sentir como la marea traía hasta mis pies el agua fresca del mar azul, me invadió un sentimiento de relajación profunda, tanto que sin darme cuenta cerré los ojos. Fue entonces cuando sentí como algo tocaba mis pies, me sobresalte y abrí los ojos con rapidez. Un cuerpo… me quede estática, estaba sangrando un poco y parecía ahogado, por acto de voluntad propia, le toque su cuello buscando su pulso, seguía vivo, inmediatamente le hice lo que aprendíamos en la escuela, la famosa técnica de RCP, pero no funcionaba, entonces opte por darle respiración boca a boca, succionando el agua que tenían sus pulmones, revivió a los minutos, sobresaltándose y escupiendo toda el agua que pareció tragarse. Estaba muy alterado y parecía confundido. ―¿Qué ocurrió? ¿Dónde estoy? ―inquiere con rapidez. Lo ayudo a sentarse, le ofrezco una botella de agua que traía en mi bolso y la acepta. ―, Muchas gracias, parece que me has salvado la vida. ―No te preocupes. ―respondo. ―, No se que te ocurrió, solo te encontré aquí, la marea te trajo hasta la orilla. ¿Estabas nadando? ¿En algún bote? ―Yo…―alcanzo a musitar, para desmayarse nuevamente. Entre en pánico y llame a emergencias, pero no contestaban, necesitaba una ambulancia. No había ninguna identificación, el estaba totalmente limpio. No traía un celular o algún documento que me ayudase a ubicar a un familiar. ¿Qué podía hacer? No pasaba ni un alma por la playa, estaba sola en el sector. Entonces como si de un ángel guardián se tratase, apareció un chico que trotaba por la arena, le pedí ayuda y entre ambos logramos subirlo a mi auto, le agradecí y él continuó su camino, yo maneje con rapidez a la primera clínica que encontré mas cercana a la ubicación, al llegar me estacione en la puerta de emergencias, unos enfermeros trajeron una camilla y me ayudaron a bajarlo, me preguntaron que le había sucedido y les explique todo lo sucedido, se lo llevaron con rapidez y yo me quede ahí en la sala de espera. Mi instinto de salvadora, me decía que esperara saber alguna noticia suya y encontrara su familia, después de todo eso haría una buena persona. Después de unos minutos, apareció un doctor. ―Me indican que usted fue quien trajo al joven, Harrington. ―avisa y asiento, al menos ya saben quien es al parecer. ―, Él se encuentra estable, tiene una herida en su abdomen, por eso se desmayó, perdió mucha sangre. Ya lo intervinieron, usted le salvo la vida, si hubiese pasado mas tiempo, hubiese muerto desangrado. ―dice con una sonrisa de lado, lo miro sorprendida. No esperaba eso, ¿Qué le había sucedido a ese muchacho? ¿Por qué estaba herido en el mar? No entendía y por mucho que me gustase fingir ser detective y averiguar cosas, se lo tendría que dejar a la policía. ―, Ya sus familiares fueron ubicados, podría obtener una gran recompensa por salvarle la vida al joven…―alarga con emoción el doctor, lo miro confundida. ¿Recompensa? ¿Por salvarle la vida a alguien desconocido? ―¿Recompensa? ¿A que se refiere? ―inquiero. ―El joven pertenece a la familia Harrington. ¿Sabe lo que eso significa? O espere, usted no es de la ciudad…―dice al percatarse de que no tengo idea de que habla o que familia podría ser. ―, El joven es un heredero multimillonario, puede sacarle provecho a su buena obra. ―¿Sacarle provecho? No es lo que quería, solamente actúe con buena fe, como lo haría cualquier persona. No quiero una recompensa o un reconocimiento, solo quería saber si estaba bien y contactar a su familia. Pero como eso ya lo se y esta hecho, me retiro, gracias doctor, un bonito día. ―digo indignada, no buscaba eso. No lo hice por conveniencia o siquiera interés, no tenia idea de quien era, simplemente quise ayudar. Me di la vuelta y estaba por irme al ver el reloj se me hacia tarde, tenia que ir por los niños. Pero el doctor me detuvo. ― Espere, entiendo que le guste ser heroica. ―divierte y me rio. ―, La familia querrá saber quién lo trajo, además de que puede ser útil algún detalle que haya visto, la policía vendrá pronto, investigaran el caso. Necesitaran su ayuda para saber que le sucedió al joven. ―indica y asiento, claro que podría decirles todo lo que vi y como lo encontré, no quisiera que pensasen que fui cómplice o la causante. ―Mi nombre es Ada, Ada Flores. ―respondo, él asiente y me pide mi número de teléfono, le doy los datos y los escribe en su tablero. ―, ¿Algo más? ―Creo que con eso podrían encontrarla o a su vez contactarla. Es una gran persona, señorita. ―dice con una sonrisa. Se la devuelvo y me voy con prisa. Conduzco con rapidez, voy tarde, los niños deben estar esperándome. Al llegar al colegio, no veo a los niños y mis alarmas mentales se encienden, me bajo y corro en dirección a la entrada, busco por todas partes y mis nervios se relajan al ver que están sentados por el estadio de futbol, voy a su encuentro. ―¿Por qué llegas tarde? ―inquiere Fabiana, les cuento todo lo que sucedió y se sorprenden. ―, En ese caso, hiciste bien. Salvaste una vida, eso es importante, Ada. ―responde con una sonrisa. Les digo que vayamos a la casa. ―Gracias, pequeña. ―le respondo, manejo hasta la casa y me pongo a preparar el almuerzo. ―, ¿Les gustaría comer lasaña? ―¡Si! ―responden al unísono.
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