14.

1446 Words
Pov. Blake Harrington. Los siguientes días me sentía tranquilo y feliz, estaba saliendo con Amanda y era muy amena, me daba paz y mucha tranquilidad. Había dejado de bailar en el bar, desde el día que la salve, era muy tierna y adorable, me trataba muy bien y estaba muy pendiente de mí. La había llevado a los mejores lugares de la ciudad, también a la gran feria permanente, a la playa y hoy iríamos a una fiesta que haría Antonie en su yate privado. Me duché y vestí un tanto informal, siempre usaba mis trajes, pero esta vez iría en bermuda, camiseta con cuello y zapatos casuales, me coloque unas gafas para el sol y baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa por lo que fue algo incomodo. ―Buenos días, familia. ―salude con educación, mi abuelo fue el primero en levantar la vista de su periódico hacia mí. Luego mi madre y mis primas, pues mis tías seguramente se habían ido a sus reuniones del club. ―¿A dónde tan informal, hijo? ―inquiere mi abuelo, mirándome de arriba abajo. ―A la festa de Antonie, abuelo. Es en el yate de su familia. ―respondo sincero, igual se enteraría porque se lleva extremadamente bien con el padre de mi amigo. ―Diviértete. ―responde asintiendo, vuelve su vista al periódico y respiro con tranquilidad sentándome en la silla al lado de mi madre. Le beso su mejilla y me traen mi desayuno. ―¿Vas con Amanda? ―inquiere mi madre, asiento y hace un gesto de disgusto. ―¿Por qué no te cae bien? Es adorable. ―inquiero dándole un sorbo a mi café, ella niega, la conoció un día que vino a verme a la mansión. ―Cosas de madres, no digas que no te lo advertí. ―responde con el típico tono de madre, asiento quedamente, si bien su instinto nunca falla, porque me lo advirtió también con Fallon y ya saben como terminó aquello… pero esta vez era diferente, Amanda valía la pena y era increíble. Me despido de todos y salgo al jardín, Will me esperaba en el auto, subo y le aviso a Amanda que ya estamos pasando por ella. Al llegar a su edificio, le aviso nuevamente y en cuestión de minutos, baja. Me saluda con un beso en los labios y le sonrío, luce muy linda, lleva un vestido veraniego de flores moradas y rosas, unas sandalias bajas y su cabello en ondas le cae por los hombros, se ve preciosa y se lo hago saber. ―Estas preciosa, como siempre, claro. ―le digo en el oído, sonríe y se sonroja, es tan jodidamente dulce. ―Gracias, tú también te ves muy bien, te queda el estilo casual. ―divierte y le doy un beso. Will se parquea en el muelle y me pide indicaciones, le digo que puede tomarse el resto del día, pues seguramente nos demoraríamos bastante y no quería que se quedase ahí parado todo el día. Me agradeció y entrego las llaves del auto, pero se las devolví. Le dije que usara el auto para irse de paseo con su familia, pues sabia que tenia una esposa e hijos, solía hacerlo los fines de semana, le di un extra de dinero y sus ojos se humedecieron, pero lo apreciaba mucho, había sido por años mas que mi chofer o guardaespaldas, un verdadero amigo. Luego de irse, ayude a subir a las escaleras del yate a Amanda, saludamos a Antonie y algunos amigos mas que estaban. La música empezó y todos fueron a la pista de baile improvisada, Amanda se encontró con unas amigas de ella por lo que me quede solo con Antonie, fuimos a la barra y nos pedimos unos Martini. ―Te trae loco…―alarga mi amigo mirándome con diversión, mientras observaba como Amanda sonreía con sus amigas, era muy adorable, me creaba ese instinto de protegerla, como si fuera de cristal y alguien quisiese romperla. ―, Solo mírate, te burlarías de ti mismo si pudieras, estoy seguro. ―lo empujo con diversión. ―Un poco, me gusta ella, ¿sabes? ―respondo dándole un sorbo a mi copa. ―, Es tan diferente, creo que me gusta para algo serio. ¿Crees que perdí la jodida cabeza? ―Ahora entiendes lo que sentí con Stella, viejo. ―responde apoyando su mano en mi hombro, lo miro negando. ―Tu estabas enamorado, a mi solo me gusta. ―explico y él sonríe con diversión. ― ¿Y que crees que viene luego del gusto? ¡Idiota! ―divierte como si fuese obvio, entonces lo miro con rareza. Nunca me había enamorado, por más estúpido que sonase, no había sentido esa sensación tan fuerte, no negaba que, si me llegaron a gustar algunas chicas, así como Amanda, pero quererlas era una cosa, amarlas era otra completamente diferente y no había sentido eso por ninguna. ―Es diferente, no puedes confundir el gusto con el amor. ―respondo restándole importancia, él lo medita un poco y termina asintiendo, sabe que tengo la razón, siempre la tengo después de todo. ―Bien, digas lo que digas, lo sabrás pronto. ―dijo y me dio risa. ―, Tengo que contarte algo. ―¿Qué ocurre? ―inquiero al ver como su rostro y tono de voz cambiaron al decirme eso. ―Me casare en un par de semanas, mi padre lo arreglo todo…―alarga y lo miro con los ojos muy abiertos. ―¿Qué? ¿Cómo carajos hizo eso? ―inquiero con rabia y sorpresa, el padre de Antonie era tan anticuado como mi abuelo, pero eso de los matrimonios arreglados era cosa de la antigüedad, ya nadie aceptaba eso, ¿o sí? ―Desde que tengo memoria eso pasaría, mi padre siempre dijo que mi futuro era casarme con Amelie Bonard. ―responde restándole importancia. ―, ¿Por qué crees que me envío a estudiar en el extranjero? Porque no quería que me enamorase de alguien aquí y echara a perder sus planes. Lo mire sorprendido, pero tenía mucha razón y lógica, ahora entendía la manía que tenia su padre de alejarlo siempre de la ciudad, de enviarlo lejos y no permitirle que estudiase conmigo en la misma universidad. Todo lo tenia planeado, eso era mas que anticuado, despiadado. ¿Por qué acordaría un matrimonio arreglado? ¿Con que fin? Siempre los planeaban ese tipo de matrimonios para salvar empresas que estaban en quiebra o para unir familias poderosas, pero su familia era tan reconocida como la mía, era mas que poderosa un imperio. ¿Por qué quisiese el padre de Antonie atarlo a una mujer que no ama? ¿Qué beneficio obtendría el? Tenia que averiguarlo, no podía permitir que mi mejor amigo, viviese infeliz toda su vida, no lo merecía, Antonie era noble, buen hijo, buen hermano, buen nieto. Era todo lo bueno de esa familia. ―Esa boda no sucederá, viejo. Te lo aseguro. ―afirmo con esperanza, si podía salvar a mi abuelo de empresas fraudulentas, podía salvar a mi mejor amigo de un matrimonio destinado a la infelicidad. El asintió con esperanza de que yo cumpliría con mi palabra, Amanda nos llamó a ambos, le presento a una de sus amigas a Antonie y bailábamos a gusto todos en el centro de la pista, cuando de repente un estallido nos hizo saltar a todos del susto, la música se detuvo y vimos como por las barandas del yate subían unos tipos vestidos de n***o. Me alarme mucho y tome a Antonie y Amanda del brazo, los hice bajar a babor, mientras íbamos al camarote principal, nos encerré ahí y busque una posible salida, no estábamos tan lejos de la orilla, por lo que podríamos nadar hasta la arena o el muelle. ―¿Qué carajos fue eso? ―inquiere asustado Antonie, niego sin saber de qué trata. ―No lo sé, pero mi instinto es protegernos, tenemos que salir de aquí. Puede ser un asalto o secuestro. ―respondo con rapidez, mientras abro la ventana y veo que podemos saltar al agua. ―, Tenemos que saltar y nadar a la orilla. ―les aviso, Amanda esta en una especie de trance pues no habla solo asiente. ―¿Qué? ¿Enloqueciste? No puedo dejar tirado el yate de mi familia…―alarga con preocupación, entonces unos golpes en la puerta nos alertan. ―Esto no es importante, tu vida sí. Vamos. ―aviso abriendo la puerta, hago que salte primero Amanda y luego él. Cuando estoy por saltar, alguien me toma del brazo evitándolo.
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