10.

2529 Words
Pov. Blake Harrington. Había despertado temprano como de costumbre, me duché y vestí con uno de mis trajes de un diseñador italiano que me gusta. Peine mi cabello de lado y aplique el perfume de siempre. Bajé al comedor y vi a mi abuelo, estaba recuperándose muy bien. Sentado en la cabeza de la mesa, leyendo su periódico y tomando su café espeso, al ser tan temprano no se encontraban nadie más en la mesa, solo el abuelo, quien siempre madrugaba y me había enseñado a hacerlo tal como él. Tome asiento a su derecha y una muchacha del servicio me trajo mi desayuno favorito, tocino, huevos, croissant y café. ―Buenos días, abuelo. ―saludo, levanta su mirada del periódico y me da un simple asentimiento. ―, ¿Qué hay en las noticias? ―inquiero intentando sacarle conversación, seguía molesto conmigo y debía enmendar mis errores. ―¿Qué quieres exactamente, Blake? ―inquiere en respuesta elevando su ceja izquierda en mi dirección. ―, Cuando quieres algo, siempre haces eso…―dijo esta vez menos frío, me estaba tuteando y eso era algo bueno. ―¿Hago que cosa? ―inquiero nuevamente, me mira con sus ojos entrecerrados. ―Dilo de una vez o bueno pídelo…―alarga restándole importancia con su mano. Suspiro con rendición, si quiero una cosa, su contacto con el NYT, porque seguramente ya estaría circulando la noticia y fotos de mi saliendo de esa clínica clandestina de abortos. ―Abuelo, necesito de tu contacto del NYT. ―pido evitando el contacto visual, pues se que le intrigara saber que es lo que sucede. Baja su periódico centrando su atención en mí. Mala señal, me esperaría un buen regaño. ―¿Para que deseas el contacto de Bryan? ― inquiere con firmeza, al menos ahora sé que es Bryan. Pienso una mentira rápida. ―Es que quiero ayudar a… una amiga de Molly. ―digo luego de pensarlo bien, él me mira sorprendido. Entonces recuerdo que seguimos en negociaciones con la familia Bonnet, que justamente son los padres de esa amiga de Molly. ―, Como es de tu interés, estamos en negociaciones con los Bonnet, si logro ayudar a la hija de los Bonnet, cerraremos ese trato de inmediato…―miento con naturalidad, tal como he aprendido por años, además de muchos más artes oscuros. ― Bien pensado, muchacho. ―asiente complacido, respiro con tranquilidad, parece convencido y eso es lo importante, que no sospeche. Se coloca nuevamente sus lentes y revisa en su teléfono móvil, el mío vibra a mi costado indicándome un mensaje. ―, Te envié el contacto de Bryan, él me debe muchos favores, dile que vas de mi parte. ―ordena y asiento. Termino de comer a su lado, mientras conversamos de temas empresariales, me cuenta de sus nuevas adquisiciones y me pide opinión sobre algunas empresas que está estudiando para adquirirlas también. Reviso el papeleo y le hago algunas observaciones, finalmente me dice que habrá una reunión con su junta directiva y que quiere que esté presente, asiento en seguida, pues lo que menos quiero es perder mi puesto en la compañía. Me despido de él, mientras camino al jardín, ubico a Will y le pido que me lleve a mi oficina en el edificio directivo, al llegar voy con rapidez hasta la oficina de mi comunicador social y asesor de imagen, como tiene muchas influencias, siempre está a un paso por delante de la prensa de la ciudad. ―Buenos días, Max. ¿Me tienes noticias de lo que te encargue? ―inquiero rápidamente, él asiente y me muestra su tablet, es un reportaje que aún no han publicado, aparece una fotografía de mi saliendo de esa horrible clínica y un encabezado. “EL GRAN HEREDERO HARRINGTON NUEVAMENTE SUMERGIDO EN ESCANDALOS. ¿ACASO QUERIA EVITAR SER PADRE? ¿QUIÉN SERIA LA AFORTUNADA CHICA?”. ―Esto me enviaron mis fuentes, necesitamos movernos rápido si no quieres que ese escandalo salga a luz pública. ―avisa, asiento y le doy el contacto de Bryan. ―, En este momento me pongo en contacto con él. ―Gracias, Max. No te olvides, nadie puede publicar algo de esa noticia. ―ordeno y él asiente. Suspiro con resignación, al menos Molly saldría intacta de todo esto. Ahora tenía que encargarme de otros asuntos, necesitaba evitar a toda costa que cualquier periódico, noticiero, blog, red emitiera alguna publicación solo de esa forma lograría mantener mi imagen. Pero claro que eso no me importaba, solo me interesaba que el abuelo no se enterara, le estaba mintiendo mucho últimamente y eso me hacía sentir culpable y despreciable. Me había amenazado con quitarme el puesto que tanto he esperado, no podía seguir dándole motivos para que lo hiciera realmente. Fui a mi oficina y me encargue de todo el papeleo pendiente, documentos por firmar, gestiones por realizar y algunas adquisiciones que aprobar, mi mañana se pasó de manera rápida gracias a todo lo que tenía en mi agenda, revise los documentos que habían enviado esas empresas que están en quiebra y mi abuelo quiere recuperar, claramente tenían número alterados. Y mi abuelo era como vulgarmente dirían un zorro viejo experto en ese tema. ¿Cómo es que no se había dado cuenta? Lo llame inmediatamente, ya que por su recuperación seguía trabajando desde el despacho de la mansión. ―¿Qué ocurre, Blake? ―inquiere atendiéndome. ―Abuelo, claramente la contabilidad fue alterada. ¿Cómo es que no lo notaste? Tu tacto jamás falla. ―Tenia fe de que lo notarias… no puedo hacer nada, me tienen chantajeado con algo grave, tengo que adquirirlas. ―responde dejándome impresionado. ¿Qué era tan fuerte como para que alguien pudiese chantajear al gran Blake Harrington? ―Abuelo eso bajaría tus acciones, podrías perder millones, no lo permitiré. ―respondo de inmediato, escucho su suspiro. ―Pues tendrás que encargarte de pisotear a la familia Lebranc, encuentra algo contra ellos. De esa forma, salvaremos mis acciones, hijo. ―pide y asiento a pesar de que no puede verme, respiro profundo. ―Cuenta con ello, abuelo. ―respondo colgando. Empecé por estudiar más a fondo los ingresos y egresos de las empresas a nombre de los Lebranc, era extraño que a pesar de sus libros de contabilidad tener tantas “ventas”, su inventario general, estuviese con deficiencia, es decir, no tenían ni la mitad de los productos, que aparecían vendidos, desde un inicio. ¿Entonces como justificaban sus ingresos? ¿De dónde provenían? Esto era peor de lo que creía, hice algunas llamadas, mientras seguían investigando, no podía defraudar a mi abuelo, si lograba salvarlo de esta, seguramente reconsideraría su amenaza. Respire profundo y continue anotando y llamando, hasta que Max entro a mi oficina sin anunciarse, como solía hacerlo siempre. ―¿Qué ocurre, Max? ―inquiero inmediatamente, separando mi vista del ordenador hacia él. ―Ya me encargué del asunto. ―responde con suficiencia, respiro con tranquilidad y le doy un asentimiento, pero no parece complacido. ―, Solo hay un problema…―alarga y vuelvo a sentir la tensión carcomiéndome. ―¿Cuál? ¿Tiene solución? ―inquiero seguidamente. ―Es que hay un blog local que no quiso venderse… dicen que eso va contra su ética. ―responde y ruedo los ojos. ¿Acaso es más ético publicar mentiras? ―¿Cuál blog es? ―inquiero con fastidio, se encoje de hombros y mira sus zapatos. ―El de su ex… el de la señorita Fallon. ―responde con suavidad, ruedo mis ojos y golpeo con fuerza el escritorio haciendo que se sobresalte. Esa loca… salimos un par de veces cuando era más adolescente, la deje porque secuestro a la mascota de la mansión para “conseguir mi atención”, la enviaron a un centro psiquiátrico y me culpo siempre de eso, cuando no fui el responsable, su padre considero que era lo mejor para ella, pero al no contar con los fondos, le pidió ayuda a mi familia y mi abuelo se hizo cargo, por librarse de ella… y ahora intentaba arruinarme y a mi familia a como diese lugar, publicaba cualquier chisme o escándalo en nuestra contra con tal de ensuciar nuestro apellido. ―, ¿Qué hacemos? ―Déjamelo a mí, me encargare de ella. ―respondo sin dudarlo, él asiente con tranquilidad y se retira dejándome pensativo. ¿Cómo haría para lidiar con ella? Me detestaba, tenía mucho de lo que encargarme. Masajeé mi sien y pensé con tranquilidad, podía con todo, pero no a la vez. Primero me encargaría de Fallon y luego del asunto de mi abuelo y sus adquisiciones fraudulentas, salí de la oficina y busque a Will, quien siempre estaba cuidándome las espaldas, le pedí que me llevase a la dirección del blog, al llegar toque el timbre y fingí ser un repartidor gracias a Will, claramente ella conocía mi voz. Nos abrió la puerta y subimos hasta la oficina, al llegar y verme, se exalto y quiso llamar a la seguridad del edificio. ―Espera, Fallon. Solo quiero hablar contigo…―alargo tomándola de los brazos, me mira con sus ojos entrecerrados. ―, Por favor, gatita. ―pido usando el mote cariñoso que tanto adoraba, su mirada se suaviza y abre su boca por la sorpresa, odiaba manipular a las personas, pero es lo que he aprendido toda mi vida. ―¡No me digas así! ¡Perdiste todo el derecho a llamarme de esa forma! ―exclama molesta. ―Solo cálmate y escúchame―le indico. ―¸ Se que me odias y a mi familia, pero no hagas esto, esa noticia no me dañara a mí, porque no tengo nada que ver con lo que crees. No lleve a ninguna chica a practicarse ese atroz acto, lleve a alguien importante para ti…―alargo con tacto, sabía que lograría conmoverla, durante nuestra corta relación, quiso mucho a Molly, si le contaba su secreto, la protegería y por ende no publicaría esa noticia. ―¿A qué te refieres? Se que eres capaz de eso, Blake. No me engañas, harías todo por protegerte a ti y a tu horrible familia. ―ataco y negué con la cabeza. ―Fallon, esta vez no me protejo a mí, si no a Molly. ―digo y sus ojos se abren como platos, sé que aun la quiere y que probablemente quiera ayudarla, si no lo conseguía, estaría jodido. ―, Escucha, ella… estaba embarazada, no sabía con exactitud quien era el padre y no quería tenerlo, sino seria obligada a casarse, ya sabes cómo es nuestro mundo… la acompañe a ese lugar, porque no quería ir sola, tampoco podía permitir que se expusiera de esa forma. Solo te pido que no saques esa noticia que no tiene ningún fundamento, ni es verdad…―alargue contándole con sinceridad, después de todo era la verdad. ―¿Y por qué debería creerte? Eres capaz de inventarte algo así, con tal de salvar tu trasero de las páginas de escándalos. ―inquiere cruzándose de brazos y mirándome mal. ―Jamás involucraría el nombre de Molly en algo así y tú lo sabes. ―me defiendo. ―, Pero entiendo que dudes, puedes llamarla y preguntarle, no tiene ni la menor idea de todo lo que está sucediendo. ―sugerí y ella asintió. ―Bien la llamare, pero te juro que si me estas mintiendo, no solo la publicare, si no que te destruiré con más noticias falsas. ―advirtió y asentí. Busco su móvil y le coloque el número de Molly, luego del tercer pitido contestó. ―, Oh, hola Molly, soy Fallon, si… estoy bien, solo que necesito confirmar algo… hay fotografías de tu primo saliendo de una clínica de abortos… si aja, ¿Es cierto que te estaba llevando a ti? ¿O solo llevaba alguna amante que sería madre?... oh, entiendo, si, lo siento por llamarte luego de tanto tiempo… si, gracias, sí, me encantaría ir por un trago alguna vez…está bien, regístrame en tu móvil. Vale, un gusto, adiós. ―¿Y bien? ―inquiero, luego de escuchar sus respuestas, esperaba que Molly le haya dicho la verdad. Me mira asintiendo. ―Lo confirmo, solo por ella no publicare nada, que te quede muy claro que lo hago por ella y no por ti. ―responde a la defensiva. ―, Algún día acabare con tu perfecta reputación, Blake. ―amenazo, suspiré con cansancio y fingí una sonrisa. ―Gracias, Fallon. Tu siempre tan amable. ―ironicé y salí del lugar en conjunto de Will. Respire aliviado, al menos ya había resuelto uno de mis dos grandes problemas. Ahora solo necesitaba conseguir pruebas incriminatorias hacia los Lebranc, con eso salvaría a mi abuelo y evitaría la compra y perdida de esas empresas. Regrese a mi oficina y revise lo que me había enviado un detective privado, sonreí con suficiencia, tenía lo que necesitaba, mi siguiente paso sería contundente. Con las fotografías en mi poder y algunos documentos que conseguí los lleve en un folder, nuevamente le pedí a Will que me llevase a la oficina de Ernest Lebranc, el dueño y gerente de dichas empresas, su asistente me anunció y al entrar este hombre me miraba con una sonrisa petulante. ―El gran heredero Harrington. ―saludo y le di un asentimiento. ―, Seguramente tu abuelo te envío a cerrar nuestro trato, después de todo es un hombre inteligente…―alargo con suficiencia. Me acerque a su escritorio con mi porte vencedor. ―Me temo mi querido estafador, que no es así. ―respondo con una sonrisa maquiavélica, con mi familia no. ―, Ese negocio no pasara, no nos interesa comprar empresas fraudulentas y dedicadas al lavado de dinero, para ese mafioso mexicano… ¿Cómo era su nombre? ¿Juan Rionegro? ―inquiero dejándolo petrificado, vi como trago saliva con dificultad. ―¿De qué hablas, Blake? ¡Es una ofensa! No puedes venir a mi oficina con esas falsas acusaciones. ―intenta defenderse. ―Te dure lo que sucederá ahora. ―ordeno, tirándole el folder con la evidencia que conseguí en su contra. ―¸ Vas a dejar a mi abuelo en paz. O toda esta evidencia llegara al FBI, te quitaran todo, dejándote aún más en la ruina y claro, en prisión…―alargo con firmeza, sus ojos se abren con brutalidad. ―¸No quiero volver a escuchar tu asqueroso apellido cerca a mi familia, o esto no será una simple amenaza, si no un hecho. No te olvides que los Harrington tenemos ojos en todas partes. Ah y una cosa más, el oficial James Will, tiene una copia exacta de este folder, por si de pronto pretendes jugarnos en contra, amigo. ―finalizo dejándolo paralizado, claramente lo último era mentira, había usado el nombre de mi chofer, para sustentar mi mentira. El hombre cayo paralizado en la silla giratoria de su escritorio, mientras llevaba sus manos a la cabeza. Estaba jodido y él lo sabía, para llegar a ser poderoso, no solo se necesitaba dinero, sino también inteligencia, audacia y muchas influencias…
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