CAPÍTULO 5

1656 Words
POV ARIANNA Después del almuerzo, Cleo se dirige directamente a la piscina, mientras mamá, papá y yo regresamos a la casa de huéspedes. Tan pronto como la puerta principal se cierra detrás de nosotros, papá me toma de la mano y me arrastra escaleras arriba hasta la habitación de él y de mamá. Mamá nos ve sin decir palabra, con expresión tensa. Así es ella. Silenciosa. Controlada. Nunca puedo decir si se inclina por papá por miedo o porque está de acuerdo con sus métodos. No estoy segura de que realmente importe en este punto. El resultado final es el mismo. Esta vez, cuando papá me da una bofetada, usa mucha más fuerza. ―Nunca jamás me vuelvas a interrumpir. El golpe me hace caer, y mi cadera derecha se lleva la peor parte contra el duro suelo de baldosas. Me trago un grito y cuento en mi cabeza hasta que el dolor que irradia a través de mi pierna comienza a desvanecerse. Mi mirada sigue a una pequeña hormiga que corre a lo largo del piso entre las baldosas hasta que papá me levanta bruscamente. Sabía que habría consecuencias por interrumpirlo en el almuerzo, pero no podía dejar que él y Vale se pelearan y nos llevara a casa temprano. No quiero ser responsable de dejar una mancha oscura en la boda de mi hermana. Un sabor metálico distintivo inunda mi boca cuando me esfuerzo por no llorar. Papá me ve, con sus fosas nasales dilatadas con respiraciones ásperas. ―¿Lo entiendes? ―Sí. ―Respiro, viendo a la puerta a su espalda. ―¿Crees que me gusta hacer esto? Mi mirada cae al suelo. ―No. ―Estoy haciendo esto por tu maldito bien, Arianna. ¿Crees que Rafaele querrá una esposa que no pueda mantener la boca cerrada el tiempo suficiente para que él termine una oración? Niego con la cabeza. ― Tienes que ser perfecta. No quiero que te metas en problemas con él, ¿oíste? ―Levanta mi barbilla con sus dedos, obligándome a mirarlo a los ojos. Está lleno de ira―. Tu matrimonio no será un desastre como el de Vale. Aprendí de esa experiencia. Cometí errores con tu hermana. Debería haberme involucrado más antes cuando las cosas empezaron a salirse de curso. Contigo todo será diferente porque me aseguraré de que entiendas exactamente lo que un hombre como Rafaele espera de ti. ―¿Y qué clase de hombre es ese? ―pregunto, aunque no estoy segura de estar lista para escuchar la respuesta. Papá deja caer la mano y endereza la espalda. ―En nuestro negocio, es exigente pero justo. Imagino que será igual en su matrimonio. Tuvimos la oportunidad de hablar sobre su filosofía sobre la vida familiar, y se alinea mucho con la mía. Debes estar a su servicio. Siempre. Tu propósito en la vida será hacer que su vida sea lo más fácil y placentera posible. Aprende lo que eso significa, y él te tratará con todo el respeto que te mereces. Me caso con una versión más joven de mi papá. Toma todo lo que tengo para no dejar que mi expresión se desmorone. ―Okey. Me da palmaditas en ambos hombros. ―Tendrás la oportunidad de hablar más con él esta semana. No tengo ninguna duda de que crecerás para apreciarlo y amarlo a su debido tiempo. Eso es ambicioso. Seré feliz si todo lo que logro hacer es sobrevivir. Salgo de la habitación y me dirijo directamente al baño para arreglarme. La cosa es que me criaron para esto. Todas las chicas de nuestra familia lo estaban. Los matrimonios concertados han sido la norma en nuestra familia durante muchas generaciones y, en general, han funcionado. Los divorcios son prácticamente desconocidos. Los únicos dos que puedo pensar en la parte superior de mi cabeza eran en realidad matrimonios por amor. Dos tías lejanas por parte de mamá dejaron a la familia para casarse con hombres de los que se enamoraron, solo para regresar unos años después suplicando que las aceptaran. Sus historias siempre se han contado como cuentos de advertencia. No fue hasta Vale que consideré la posibilidad de que un matrimonio por amor funcionara. Supongo que es demasiado pronto para decirlo en su caso. Vale y Damiano obviamente están enamorados el uno del otro, pero ¿durará su amor? ¿Sobrevivirá a los desafíos que conlleva casarse con un don sin una familia que la apoye? Incluso mamá tuvo que depender de Nona y de nuestras tías y tíos para superar algunos momentos difíciles con papá. Vale ya no tiene eso. Ella está aquí sola. Un escalofrío de incomodidad me recorre. Entiendo por qué Vale corrió, pero por mi vida no puedo entender cómo lo hizo. Siempre fue la hermana perfecta. Al crecer, mamá hizo de Vale el ideal con el que tenía que medirme. Nunca fui tan buena. Nunca tan hermosa. Estaba en competencia con ella, pero era unilateral, y tal vez por eso nunca logró crear una ruptura entre nosotras. Simplemente me hizo sentir hambre por cada migaja de aprobación que pudiera obtener. Mi reflejo me devuelve la mirada. Este corrector merece un premio, apenas está manchado, no tiene sentido preocuparme por lo que descubriré cuando me lave esta noche. ―¿Arianna ? Mi cabeza se gira hacia la puerta, es Vale. Debería haber sabido que no dejaría pasar los comentarios de papá sobre mi futuro esposo sin un interrogatorio de seguimiento. Está sentada en el borde de la cama cuando salgo y puedo decir que está entusiasmada. Sé lo que viene, así que decido tomar la iniciativa. ―Mira, sé que es raro. ―¿Raro? Arianna, suena horrible. ¿Exhibirán las sábanas? Quiero decir, Dios. Es humillante. ―Estaré bien. ―Ese almuerzo que acabamos de tener fue mucho más humillante, si me preguntas. Podría prescindir de que papá anunciara todos los detalles íntimos de mi próximo matrimonio delante de todos. Especialmente de Ras. Frunzo los labios. Ese hijo de puta presumido probablemente estaba encantado de verme retorcerme. Parece disfrutar haciéndome sentir incómoda. ―No… ―Vale, ¿por qué la tradición es humillante para mí? ―exijo mientras me dejo caer a su lado―. En todo caso, es más humillante para las personas que insisten en ver la maldita cosa, ¿no crees? Mis palabras la hacen detenerse por un segundo. ―Por supuesto que sí, pero estoy segura de que no será algo agradable para ti pasar por eso. ―Está bastante abajo en mi lista de preocupaciones. ―¿Cuáles son tus preocupaciones? ¿Le has expresado alguna de ellas a nuestro papá? ¿Te ha escuchado? Las cosas han cambiado, Arianna. ¿Lo sabes? Después de lo que pasó conmigo, deberías tener voz y voto sobre con quién te casas. ―Realmente has olvidado cómo funcionan las cosas en nuestra familia. Sus ojos brillan. ―¿No entiendes que tengo influencia ahora? Damiano puede… ―Damiano no puede hacer nada. Es un don del otro lado del mundo. ―Él y papá tienen este trato… Esta vez, la burla se me escapa. ―¿De verdad crees que tu nuevo esposo arriesgará un trato importante por mi bien? ―Está delirando si cree eso. Damiano no se habría convertido en un don si hubiera tomado sus decisiones basándose en los caprichos emocionales de cualquiera, incluida Vale. ―¿Puedes dejar de interrumpirme y simplemente escuchar? Déjame manejar a Damiano. Si me dices lo que quieres, puedo ayudarte. Vale no lo entiende, no sabe lo que está en juego. Cancelar el compromiso arrojaría a todos debajo del autobús. Si la alianza entre Papá y Rafaele se desmorona, los Garzolo se convertirán en un objetivo. Por lo que sé, Rafaele podría decidir destruirnos él mismo. No, no hay forma de salir de esto. ―Lo que quiero es casarme con él. Será bueno para la familia. Una sombra pasa por la expresión de Vale. ―Mi matrimonio también fue bueno para la familia. Al menos eso es lo que dijo papá, y mira cómo terminó eso. ―Eso fue diferente ―digo―. Hablando de familia, te extrañan, ¿sabes? Nona quería estar aquí, pero el vuelo habría sido demasiado difícil para ella, y nuestras tías preguntan por ti cada vez que las veo. Deberías llamarlas. Mi sugerencia es inocente, pero puedo ver que está desconcertada. Cruza los brazos sobre el pecho y ve hacia la ventana. ―No sabría qué decir. ―No importa, solo quieren escuchar tu voz. Ella niega con la cabeza, con la mirada fija en el mar brillante afuera. ―¿Estás enojada con ellas? ―me atrevo a decir. ―Lo estaba al principio. ―Se pone de pie, camina hacia la ventana y empuja la cortina transparente a un lado―. Pero ya no más. Ahora, no sé lo que siento. ―No tenían idea de lo que Lázaro te estaba haciendo hacer. Ninguno de nosotros lo sabía. Vale une sus palmas detrás de su espalda. ―Desafortunadamente, las emociones rara vez son lógicas, pero como dije, no estoy enojada con ellas. En todo caso, estoy avergonzada. Me levanto y me muevo hacia ella. ―¿Por qué? ―Debería haber llamado hace mucho tiempo para ofrecer mis condolencias después de lo que pasó con los Ricci, pero simplemente no pude hacerlo. Las preguntas que me harían sobre Lázaro y yo… no quería tener esas conversaciones, todavía no. Es egoísta de mi parte querer romper con mi vida en Nueva York, pero eso es lo que quiero. Algo se rompe dentro de mi pecho. Lo entiendo. Sí. Pero yo soy parte de esa vieja vida. ¿Ella también quiere una ruptura conmigo? Las yemas de mis dedos rozan su hombro y me ve. ―Me gustaría que papá cancelara tu compromiso y permitiera que Cleo y tú se mudaran conmigo.
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