20 Sus amigas

1534 Words
Gaston. Me siento en la mesa designada para el almuerzo y espero a Nella y sus amigas. Agradezco la mañana que tuve ya que aproveché el tiempo con mi tesoro al cien por ciento. El deber llama y aquí me encuentro sin saber que voy a encontrar en realidad. A los minutos la diviso avanzando junto a dos mujeres que son ¿como decirlo sin parecer ofensivo o machista? Diferentes, sería la palabra correcta, contrastantes la que tiene mayor relevancia y descripción. Una morocha de pelo crespo camina con seguridad a su lado, sabiendo que se ve bien con tacos y ropa que muestra mucha piel. Luego, una rubia con las proporciones justas para mostrar seguridad, pechos y caderas con volumen y piernas extremadamente largas. Lo que más resalta de ella, es el caminar divertido, volcada del brazo de Nella y dándole toda su atención. La morocha clavó sus ojos en mí penas Nella señaló en mi dirección. Ella viene en medio con una mano ocupada por un par de bolsas y otras tantas en las de la rubia. -Hola preciosa- saludo dejando un beso educado en sus labios- Permiteme eso, Nella. Le saco las bolsas de las manos y las coloco en un banco que se encuentra a mi espaldas. -Hola. Estem- carraspea y mira a sus amigas- Ella es Diane- señala a la morocha y luego a la otra- y ella es Zoe. Las tres vivimos en el mismo edificio y ya. Chicas, él es Gaston. -Un gusto conocerlas- estrecho sus manos con educación. -El gusto es mio, chiquí- la rubia de abalanza y me da dos besos en el aire- ¿Cómo le llamaste? -Nella- respondo impactado por su modo de actuar. -Me gusta para ti- le dice a mi chica- ¿podemos pedir? Tengo hambre. -Ustedes siempre tienen hambre, chicas- dice la otra porque hasta el nombre olvidé. -Siéntense si gustan.- las invito sin soltar la mano de Marianella- En la tablet está el menú para que escojan lo que deseen. -Gracias- contestan las tres a la vez. -¿Cómo te fue con el vestido, cariño?- Me intereso cuando me siento a su lado. -Creo que bien ¿Esto está bueno?- cuestiona señalando una lasagna. -Si es rica, aunque la de pollo y espinaca es más deliciosa y yo quiero ese postre de crema con caramelo- le pido. -Que sean dos de ambos, supongo.- deja el artefacto a un lado y me ve con esos ojos color cielo- ¿Qué tal tu mañana? -Bien. No tan ajetreada como la tuya pero ahí vamos. -Genial. Nosotras elegimos los vestidos y estarán listos en tres días exactos. -Eso es perfecto, preciosa- la acerco y le planto otro beso. Definitivamente, por su sonrisa entre tensa y satisfecha, puedo decir que no esperaba que actuará así, pero al final de cuentas, no voy a desaprovechar estos momentos. -Ya escojí la pechuga y ensalada con gelatina de postre- declara ¿Diana?- ¿Ustedes que van a almorzar? -Yo me pedí una hamburguesa doble carne con mucha panceta y huevo a la plancha y de postre- la rubia parece disfrutar lo que pidió- la crema con caramelo. -¡Qur rico! Hace mil que no como una hamburguesa así- se queja Nella -Pidela si la quieres, nena.- le sugiero. -Oh, no. No puedes enloquecer hasta que pase la boda, Marianella- refuta la morocha y ya me cae mal. -En la noche quema las calorías, no te preocupes- le hablo directamente- Prefiero que coma lo que quiera mientras esta conmigo y no que dea diferente solo para encajar. -Gastón- mi futura esposa me aprieta un muslo. -Lo que digo es que hoy le tomaron las medidas. Puede aguantar un par de días más.- ahora mira a mi chica y enfurezco- Sabes que no es de mala, amiga. -Yo lo sé, solo que Gaston es sensible con ese tema.- la tranquiliza. -Te voy a enseñar lo sensible que puedo ser con ello- tomo la tablet y cambio su pedido. -No.- niega intentando acceder nuevamente al dispositivo- Estaba bien lo que pedí ¿porque lo cambias? -Porque no es lo que querías y vas a tener lo que quieres mientras estas conmigo. -Que lindos- exclama la rubia distrayendonos de nuestra discusión- Te complace en todo, chiqui. Todo un tierno. -Si como no- retruca con su pecho apoyando sobre mi cuerpo aun intentando llegar a la tablet- No imaginas cuanto. Me divierte su modo de pelear, pero sus pechos de dejan ver y me distraigo. -No, no. Ya confirmé, Nella. Deja eso o vamos a comer en dos horas, mujer. -Ya está Marianella. Ahora te aguantas y que de noche te sacuda como te gusta- Diana le guiña el ojo y se gira hacia Zoe- Ahora quedamos solas para el levante del finde. -¡Diane!- gritan a la vez una asustada y Nella sorprendida. -Era una broma, chicas- bufa y rueda los ojos- Qué sensibles estamos hoy, eh. Si las miradas mataran, ella estaría enterrada bajo tres metros de tierra solo por el modo en que Zoe y Nella la observan. Ya observé esa expresión antes y tiene un nombre, celos. La tal Diane está celosa y envidia que su amiga valla a casarse. -Tu estas exponiendo lo que hacen los fines de semana ante su futuro esposo Daniela- cambio su nombre a propósito- No es que ellas sen sensibles, pero para que sepas, su pasado es su pasado y lo que me importa, es lo que haga de ahora en más, no lo que hizo antes de reencontrarnos. -Es Diane- corrije- Y ¿como que reencontrarnos? -¿No les contaste, preciosa? -No es necesario, Gaston. ¿podemos simolemente comer tranquilos? -Yo si quiero saber chiquiiis. Su historia es tan romántica. El mesero ingresa a mi señal y deja los platos en cada lugar y luego se retira, dejándonos con el almuerzo listo para ser devorado. -Nos conocemos desde la secundaria- comienzo al probar la deliciosa lasagna- Prueba esto, Nella- llevo el tenedor a su boca para que lo haga- Luego dejamos de vernos por un tiempo y nos reencontramos hace poco, porque ella trabaja en la empresa que era de mi papá. -¿O sea que también eres guardaespaldas?- consulta la motocha a lo que asiento- ¿No te molesta que trabaje en algo tan riesgoso? -Si es lo que ella quiere hacer, no lo puedo impedir, así me moleste y todo. -¡En verdad te quiere, amiga!- chilla la otra- Son como el complemento perfecto y ya quiero que sea la boda. Apuesto a que si llorará. -No lo creo- desestima mi futura esposa. -No sabes eso, preciosa- le robo unas papas- Ni yo lo sé. -Oye. No me robes mi comida, nene.- me saca un trozo de lasagna- si no quieres sufrir las consecuencias. Le sigo el juego de a ratos, escuchando sus murmullos sobre la boda, sus preguntas de porque no queremos invitados y que lo mejor es salir a bailar si no hay fiesta. Es grato tener con quien intercambiar el plato y quien me distraiga un poco de la rutina, hasta que llegan los postres, p**o y bajamos para ir a casa. -¿Te llevo esto, Nella?- levanto sus bolsas al aire. -Te lo agradezco, pero las lleva Zoe directo a su casa. -OK. Como prefieras, preciosa. ¿Paso por ti y vamos a desayunar o quieres que el desayuno valla a ti? -¿Cómo harías eso?- cuestión con cara de que me vuelto loco. -Puedes darme una llave, que tarde o temprano tendré, te preparo el desayuno y te lo llevo a la casa o...- tiento dejando la frase en el aire. -O- inquiere con los ojos entrecerrados cruzando sus brazos debajo de sus pechos. -O- desvío la mirada hasta ellos con la voz grave, afectado por toda ella- me invitas a cenar, a pasar la noche contigo y te cumplo lo de las calorías. -¿Tanto alboroto para decir que quieres pasar la noche conmigo, Gastón?- pasa una mano por mi brazo y siento todo levantarse con ese simple acto. -Puedo prender fuego San Fransisco solo por una noche- confieso pegando mi cuerpo al suyo- Imagina lo que haría por el resto de las noches si sigues provocándome así, Nella. -Tu estas loco aunque se agradece la generosa oferta- se para en punta de pie y apuntalo mis manos en sus caderas- Pero ya tengo quien me haga gastar las energías suficientes. Hace el intento por retroceder y se lo prohíbo apretando el agarre y acercándome a su oído. -Te recuerdo que estas muy enamorada de mi, Nella. Tanto para casarte conmigo en una semana y todo se va a ir a la basura si tus adoradas amigas te descubren siendome infiel antes de llegar al altar. Si vas a hacer esto, trata de que nadie te vea ¿Estamos claros? -Estamos claros, aunque yo hablaba de mi personal trainer, esposo posesivo- sus uñas se clavan en mi abdomen por debajo de la camisa- Acá el necesitado de otro gasto de energías, parece ser otro. Como suele hacer, solo me provoca y se va luego de besarme. -No imaginas cuanto, nena- murmuro viéndola partir.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD