Marianella.
Ambos parecemos disfrutar de calentarnos mutuamente todo el tiempo y luego dejarlo en stand by. Ser mujer me permite disimular y a él no.
Más allá de todo, es agradable saber que le provoco deseo y es innegable que el también sabe como tenerme a la expectativa.
Puede ser un juego peligroso esto del gato y el ratón, pero la rutina no nos deja hacer mucho.
Al día siguiente, tal como lo dijo, apareció con una bandeja con desayuno para dos con café, jugos naturales, media lunas rellenas de jamón y queso y un girasol que puse con los otros.
Estuvimos de acuerdo en la idea de salir a bailar con mis amigas aunque no se demoró en decir que Diane no lo cayó bien. Me burlo de su discusión de niños y me dijo que si es mi amiga, no es el modo de alentarme a nada.
Diane es especial en su forma de ser. No suele callar lo que opina y trata de darme los mejores consejos para mantener mi cuerpo en forma.
Zoe es entusiasta y positiva. Para ella, nuestra historia es mejor que los cuentos de Disney y está para plasmarla en un libro.
Particularmente opino que el libro debe de ser policíaco.
Luego él marchó a su casa, donde nos escribimos de a ratos terminando de organizar lo que sería el lunes temprano y lo que toca dejar para último momento, que es avisar de nuestra ausencia por los tres días correspondientes a una unión civil.
El viernes nos encontramos en la oficina, fingiendo que estuvimos juntos la noche anterior, como cada día para luego esperar nuestra asignación.
Nos presentamos en la residencia del cliente y lo custodiamos a él y a su esposa hasta el salón de su empresa donde se desarrolla la fiesta formal. Esposa que por cierto, no dejó de ver a Gastón en toda la noche.
-No la veas así, Nella- me susurra en el oído- Va a pensar cualquier cosa la pobre.
-Su esposo va a pensar cualquier cosa si la ve haciendo eso que hace- retruco- No ha dejado de verte en toda la velada ¿Te diste cuenta?
-Lo hice, pero tu eres mejor que ella, nena- menciona parándose a mi lado- Yo jamas te traicionaría ni siquiera con la mirada. Ellos en cambio, tienen la infidelidad como aperitivo y mantener las apariencias como plato principal.
-No vamos a estar tan lejos- admito al razonar unos segundos su conceptualización- Al final de cuentas, nos vamos a casar sin amor, Gaston.
-Puede que ahora no, pero existe la posibilidad de que pase más adelante, Nella. De todos modos, lo único que pido siempre en una relación, es respeto.
-Pero la nuestra no es real- espeto siguiendo a nuestros custodios a una oficina donde quedarnos afuera- Es diferente.
-Podemos hacerla real si así lo quieres, Marianella. No hay mucha diferencia entre eso- señala dentro de la oficina y luego a nosotros- y esto que se pactó. Los que podemos marcar la diferencia, somos nosotros mismos, con respeto, confianza y luego ver si surge algo profundo.
Analizo cada una de sus palabras, una a una, meditando si me drogaron o no estoy entendiendo a donde va con esta charla que parece casual y es profunda como nunca la habíamos tenido.
-¿Estas sugiriendo lo que creo que estas sugiriendo?
Su sonrisa se ensancha resaltando su hermosa dentadura escondida en la barba de tres días que trae haciéndolo ver imponente y superior.
-Podemos actuar natural este tiempo y luego de los seis meses obligatorios, ver que pasa ¿tan malo te suena?
-No lo sé- dudo con la realidad que nos rodea.
Gaston es un hombre muy guapo y que sabe moverse ¿Qué va a hacer al lado de una gorda enferma como yo? Yo digo que solo el ridículo, pero no lo expreso en voz alta.
-Piénsalo, Nella. Aún hay tiempo y por si no se nota, me gustas y mucho.
-No se si te gusto- bromeo para cambiar el rumbo de la charla- Lo que si sé es que necesitas un desahogo con urgencia, amigo.
Su mirada sigue el camino donde mi índice señala, directo a su amigo despierto, quedando bastante expuesto en un lugar público.
-Ya vez- me sigue la corriente- El cuerpo no miente, Nella. Es lo que provocas
-No te he tocado, mentiroso- me defiendo- Tu sucia mente trabaja solita.
-¿Cuánto hace que no te ves a través de los ojos de un hombre, Marianella?
Nunca lo hice y nunca lo haré. Demasiado con la imagen del espejo y los comentarios de Miguel.
-Ustedes solo buscan donde meter su cosa como si fuéramos un simple objeto.- desestimo su pregunta con elocuencia- No me interesa hacer eso.
-Deberias- espeta logrando que me pierda en su mirada- Porque ese hombre, no entró a hacer negocios con su esposa después de comerte con los ojos toda la noche y ella lo sabe.
-Dudo de tus palabras y eso es asqueroso, Gastón.- hago la mueca que acompaña mi pensamiento.
Nadie seria feliz si otra calienta el plato que vas a comer ¿o si?
A ella pereció no importarle ya que salió acomodando su escote con su marido siguiéndole el paso feliz del rebolcón que le dieron pensando en su seguridad privada.
Gaston tiene razón en lo del respeto. Por más calientes que estemos, no podemos traicionar eso a lo que accedemos. Para nosotros como guardaespaldas, sería como traicionar la confianza del cliente y sabemos que no se recupera.
No se si su idea de hacer las cosas de modo natural sea lo correcto ya que cuando las emociones y los sentimientos entran en juego en un contrato, todo pierde el sentido y las metas se ven difusas o hasta inexistentes.
Lo que deja de ser inexistente es el espacio que queda cuando me besa, cuando yo lo beso porque es divertido provocarlo y que me haga sentir linda con acciones y no con palabras.
Cada beso es más posesivo que el anterior. Se convierten en brasas ardientes esperando por una chispa, un roce para arder en llamaradas.
Las manos comienzan a perder el respeto por la privacidad del otro, recorriendo desde lo permitido hasta esos lugares a los que accede alguien a quien deseas.
Con las mías, he explorado su abdomen por completo, sus glúteos y gran parte de su espalda. Las suyas, respetuosas como su personalidad, han recorrido mis glúteos, los brazos y cada centímetro de mi cuello con una firmeza desconocida para mi.
Siempre quedo con ganas de continuar tanto como él, pero es como si existiera una regla no escrita de esperar para avanzar, aunque no sepa que es lo que espero en realidad.
Para lo que no queda mucha espera es para la dichosa boda.
El lunes a primera hora, me pasa a buscar para ir hasta la empresa a presentar la constancia y dar aviso al gerente.
-¿Estas lista, Nella?
-No tanto como quisiera, pero hay qur hacerlo igual- argumento extendiendo una mano y entrelazando nuestros dedos- Aquí vamos, idiota.
-No creo que sea la forma de referirte a tu futuro esposo, pero ya que.
-No me refería a ti- me defiendo como puedo de mis propias palabras- Sabes a quien sí.
-Lo sé, nena. Era solo para quitarte el estrés- se ríe dejándome un beso en los labios- Vamos que llegamos.
-Buenos días- Jesenia detiene su saludo para mirar nuestras manos y extender el tiempo que demora en pronunciar las siguientes palabras- Que sorpresa verlos tan juntos.
-Espero que te acostumbres porque se dará más que seguido, Jesenia ¿Verdad preciosa?
-Así es- afirmo anclada en sus ojos marrones.
-Buenos días, Jess, Marianella, Gastón- saluda de beso a Jesenia y a nosotros no nos podría importar menos.-Pásame mis pendientes así les das sus asignaciones de la semana- ordena.
-En realidad venimos a presentar un amparo para estos dias- lo interrumpo mostrando la documentación- Aquí tengo el comprobante de la hora y la fecha.
-¿Te vas a casar?- interroga Jesenia espantada tomando los papeles- Se van a casar, los dos.
-¿De que hablas?- interviene Miguel y rodea el escritorio para parase detrás de ella.- Se van a casar.
-Ya lo ves, Miguel.- Gastón me rodea con sus grandes brazos- Dije que venía por mi chica y así lo hice. Lastima que siempre la subestimaste.
-¿Te vas a casar con ella por lo que dijo tu padre?
-No, Miguel. Me voy a casar con ella porque es la mujer que quiero desde que tenía dieciséis, ¿Recuerdas?
-No, Gastón. Tu solo lo haces por la empresa, pero ella no lo merece ¿Es que no lo ves, Nella? Solo va a jugar contigo porque necesita una esposa.
Puede enojarse todo lo que quiera y lo único que genera, es sospecha, porque todo lo que dice, indica que sabía sobre el testamento. ¿A quien le conviene que Gastón no se case? Claramente a quien tomaría su lugar.
-Pues no nos importa lo que pienses, Miguel. Lo vamos a hacer de todos modos porque nos queremos.