Creaste a ese demonio

1728 Words

—Señor —Dilia percibió la presencia de Orestes apenas ingresó a la casa. —¿Dónde están? —preguntó en referencia a Peyton y las niñas. Dilia por el tiempo que lleva trabajando para él, pareciera leer en sus expresiones e interpretar algunas cosas. —En su habitación, señor —le respondió Dilia—. Como usted ordenó, desde ese mismo instante han pasado el resto del día allí; bueno, la señorita, porque las niñas apenas tienen una hora desde que llegaron del jardín, las subimos por el área de la servidumbre. —¡Perfecto! ¿Y mis padres? —Al aparecer usted llegó primero que ellos, se retrasaron porque se les extravió una maleta y su señora madre casi colapsó por eso —informó Dilia. —¡Qué conveniente! —dijo él en tu no de voz que denotaba celebración, Dilia lo miró sorprendida—. No es por mal,

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