La velada le resultó la más incómoda en la que ha podido participar en años, y no es que asistiera a muchas. Al contrario, siempre ha sido una mujer solitaria y tranquila, no está acostumbrada a ir a festividades y menos de esa clase. Celebró no tener que entrar en contacto con nadie más que el socio de Orestes, no estaba en su mejor ánimo para tener que seguir forzando sonrisas que no tenía ganas de mostrar.
Llegaron a la casa de Orestes y decidió ir al único lugar donde necesitaba recargar el amor y la ternura que siempre le había acompañado, ese lugar era al lado de su hija, el único lugar donde se sentía en casa pese a estar lejos de ella era con Saanvi. Orestes pese a haberla llevado a estar en un lugar bello, casi perfecto, lleno de lujos y confort, le estaba mostrando lo que era es
