Angustia

1924 Words
[Capítulo 4: Angustia] Punto de vista Rosie. Moscú, Rusia. Ya llevo 4 días encerrada en esta habitación, y a pesarde que no es tan horrible como estar tres metros bajo tierra en aquel horrible, húmedo y maloliente calabozo, el encierro se siente de la misma forma. Las únicas veces que tengo interacción con una persona es cuando vienen a traerme de comer solo dos veces al dia. Siempre es lo mismo: Avena con dos tostadas. Y siempre las trae la misma persona. El hombre de dientes torcidos y amarillos que al parecer ha sido puesto como mi guardaespalda. Además de él, no he visto a nadie mas. Ni siquiera a Nikolai Volkov. Tampoco tengo acceso a r************* , a televisión o radio. Estoy obligada a pasar mis días encerrada día y noche en este lugar mirando al techo, porque no hay nada más que hacer. Mis pertenencias no están por ningún lado, de haber sabido que mi padre empacaría una maleta que me seria negada a ver, le habría dicho que se ahorrara la molestia de empacar nada. Total, ni mi cepillo de dientes me han dado. Golpeo constantemente mi pie derecho contra la pared, a la altura del cabecero. Estoy en la cama, con los pies levantados sobre la parte superior y mi cabeza reposando en la parte inferior, buscando de esta forma matar un poco el aburrimiento. Los tres días anteriores, me dediqué a buscar maneras para salir de aca. La puerta está sellada con llave desde afuera y solo se abre dos veces al día, pero cuando lo hace, la mayoría de las veces yo estoy dormida, porque últimamente duermo mucho, he aprendid o qué así ignoro gran parte de la depresión que me causa estar en este lugar. Hay una sola ventana en la habitación, que tiene barrates de hierro y ahora algunos de mis dedos tienen ampollas debido al tiempo que pasé agarrada a estos intentando salir por allí, claramenete no lo conseguí. Además, creo que estoy en un tercer piso, no lo he descubierto bien aún. Es muy difícil de saber porque no puedo sacar la cabeza para mirar hacia abajo, solo veo que el horizonte está lleno de mucho color verde y que hasta la distancia en la que mis ojos alcanzan a ver, no hay más que eso, vegetación que no parece tener fin. El tercer día me rendí después de intentar de muchas maneras salir de este lugar. Odio que a mí cabeza llegue el pensamiento de que estoy condenada a aceptar que estaré en este lugar por mucho tiempo. No quiero hacerlo, quiero irme. También he llegado a considerar tirar mi bandera blanca y hacer las pases. El pensamiento constante de la frase: «Si no puedes contra el enemigo, únete» cada vez toma más fuerza en mi cabeza, pero no quiero tener que llegar a ese punto. No quiero hacer ninguna clase de acuerdo con el pakhan. Sé que ellos nunca dan algo sin pedir nada a cambio. Algo va a querer por este "favor" que le está haciendo a mi padre y yo seré la persona que sufrirá todos los males. Escucho que el seguro de la puerta comienza a ser abierto. No me bajo de la cama y sigo con mi juego constante de mover el pie contra la pared en golpes rítmicos. La avena y las tostadas de esta mañana siguen intactas. No he probado bocado hoy, ya no me provoca nada. Mi cuerpo se niega a comer aún sabiendo lo importante que es para mí mantener un poco de energía de reservas, pero hasta este punto, creo que he dejado de luchar. La puerta se abre y yo sigo en el mismo lugar. Un olor fuerte y agradable llega a mis fosas nasales, frunzo un poco el ceño porque no es un mal olor y de por si, aquel hombre del que sigo desconociendo su nombre siempre huele un poco a culo. —¿Me has extrañado? —mi cuerpo se tensa por completo ante la voz de Nikolai. —Yo si me sentí un poco mal de dejar a mi invitada especial sola en casa, pero comprenderás que tengo algunos negocios que atender fuera de Rusia y debía volar a varios países. «Ni siquiera sabía que se había ido» pienso dándome cuenta de que mi cuerpo está totalmente tenso y pendiente de los movimientos de Nikolai aún cuando no quiero verlo. Escucho sus pasos muy atenta, cada vez son más fuertes indicándome que está acercándose a mi. Su sombra aparece sobre mi y miro por el rabillo del ojo a mi lado derecho donde su gran figura se alza. —¿Cómo has estado? —pregunta y lo peor es que aunque quiera negarlo, tengo que aceptar que su pregunta viene con un interés genuino. Como si realmente le importara como estoy. —¿Acaso importa? —digo soltando un bufido molesta. Desde que he llegado a este lugar lo que menos ha importado son mis sentimientos y emociones. A nadie le importa que esté mal, demasiado triste, aburrida, con ganas de acabar con mi vida si no encuentro una salida. —Por supuesto que importa. A mi me importa —me quedo en silencio, esta vez sin reconocer si me está diciendo mentiras o no. Mi pierna vuelve a su movimiento de antes, mis manos están entrelazadas sobre mi estómago, siento que estoy a poco tiempo de perder la cordura. Nunca ha sido sano permanecer tanto tiempo encerrado sin algún contacto. —Rose, háblame. Dime qué te molesta. Me incorporo con rabia y giro mi rostro para verlo. Nikolai lleva un traje, pantalón de vestir color n***o con rayas, camisa azul abierta en el pecho y el abrigo del traje del mismo color y patrón del pantalón. En su mano izquierda brilla un Rolex de oro blanco, en su pecho reposan las mismas placas militares que he visto antes. Su cabello recogido dejando ver el cuello grueso que de alguna forma es lo único que atrae gran parte de mi atención. Debe ser porque quiero apretar mis manos en ese lugar y así encontrar mi libertad. Sus ojos miel me observan con curiosidad, como si fuera un maldito experimento de laboratorio, una rata de prueba, un espécimen nunca antes visto. Si hay algo que no me gusta, es que me llamen Rose. Si, Rosie no es muy diferente, a ver, que una letra no hace un gran cambio, pero para mí sí. Mi madre era Rose Gallagher. Una mujer fuerte como ninguna otra. Yo jamás podré ser igual de fuerte, por eso desde hace muchos años pedí que me llamaran Rosie, de alguna forma conservaba la esencia del nombre de mi madre, el cual ha ella le gustaba mucho y por eso me lo ha puesto, pero el hacerlo sonar más diminuto con agregar una i, es para mí él significado de mostrar que yo no merezco un nombre tan grande. Merezco lo que me toca. —¿Que qué me molesta? —le pregunto enarcando una ceja. Él asiente mirándome. —Eso he dicho, Rose. Cuentame, dímelo todo. Sus ojos brillan expectantes y siento miedo por primera vez al tenerlo delante de mi. ¿Acaso tiene alguna enfermedad mental? Por la forma en la que me mira me da a entender que puede que sí. Parece emocionado de que yo hable así como también parece extremadamente emocionado de tenerme acá encerrada. —¡Me molesta estar encerrada en este lugar! —exclamo levantando mis manos y haciendo gestos señalando todo el lugar. —Me tienes encerrada como a un pájaro en una jaula. Yo no puedo estar encerrada, yo no he hecho nada malo para merecerme esto. Me estoy muriendo poco a poco encerrada en este lugar. Sus ojos se entrecierran un poco tras mis palabras, como si estuviera conteniendo la risa y eso me molesta tanto al punto de ponerme de pie, bajarme de la cama y detenerme delante de él. Al estar él sentado sobre la cama, yo parezco mucho más alta. —¡Tu crees que tienes derechos sobre mí, pero no es así! —grito. Si, yo grito. La valiente Rosie Gallagher que no le teme a la muerte —le temo mucho—, se atreve a gritarle al boss de la mafia Rusa como si este no fuera sino una persona normal. —¿Qué ganas tu con todo esto, eh? —digo señalándolo con uno de mis dedos —. Joder, es que cada día odio más y más estar acá. Dime, que putas ganas tu con que yo esté acá. No soy más que una universitaria, no le importo a nadie, si esperas que alguien pague por mi rescate y por ello me tienes acá, déjame decirte que eres un maldito imbécil porque eso no va a suceder. Su agilidad me sorprende, hace menos de tres segundos yo estaba a pocos centímetros de su rostro gritando y hasta se me había salido una sonrisa un poco perversa y luego, no sé cómo ni cuando ni porqué,... Bueno, el porqué es muy obvio; lo tengo sosteniendo la boca de un arma contra mi sien, con mi espalda contra su pecho, sus brazos alrededor de mi cuerpo aprisionandome contra su mullido pecho. Jadeo con fuerza al sentir el frío del arma. ¡¿En qué momento sacó eso?! ¡Ni siquiera sabía que la tenía! —Este imbécil ahora es dueño de tu vida —dice en mi oído poniéndome la piel erizada en tiempo récord. Su fuerte voz retumba en mis oídos mientras me aprieta con fuerza —. Cuando pienses en quién es un imbécil, recuerda quién es la que está encerrada y quien no. Mi respiración está muy agitada. No me queda mucho espacio para respirar entre su fuerte torso y su brazo que pasa en diagonal por mi cuerpo. Mierda. Mierda. —Dispara, no le tengo miedo a la muerte. Eso sería lo mejor que me pudiera pasar en este momento. Cierro mis ojos con fuerza rindiéndome en sus brazos, espero escuchar el fuerte sonido del gatillo siendo apretado o del fogonazo del disparo. ¿Dolerá? No lo sé, puede que sea tan rápido que ni siquiera llegue a sentirlo. Las lágrimas comienzan a bajar por mi rostro, sabiendo que estoy a poco de morir. ¿Es lo que quería al final, no? Terminar mi vida es ponerle fin a este sufrimiento. No quiero ser parte de los problemas de mi padre, yo no tengo que pagar por sus errores. Una carcajada suena en mi coronilla, abro mis ojos desconcertada. Sigo viva. —Tengo mejores planes para hacer contigo que meterte una bala en la cabeza —es lo que dice antes de soltarme, me giro para mirarlo —. Vuelves a amenazarme e insultarme y te juro, Rose, que aún no has llegado a ver qué tan malo puedo ser. Noches frías en un calabozo no se comparan a todo lo que puedo hacer. Guarda el arma en la parte baja de su espalda. ¿Siempre tuvo el arma ahí? —Si pretendes hacer este tipo de show para llamar la atención, que sepas que estás jugando con fuego y te vas a quemar. Acuérdate de mis palabras antes de cometer una estupidez de nuevo. Me mira unos cuantos segundos esperando que sus palabras hayan quedado en mi, poco después sale de la habitación dejándome nuevamente encerrada. Me hago un ovillo en la cama y cierro mis ojos. ¿Ahora esta es mi vida? Vaya mierda.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD