—¡Entiendo tu posición!. — Exclamó algo acongojada, el estar sentada fue de gran ayuda, un ligero mareo la sacudió unos segundos. Michael puso sus dos manos entre las suyas y la beso, sus ojos se conectaron en ese instante, podía leer su dolor. — ¿Pensabas decirme algo cuando llegaste? — No era nada relevante. — si lo era, pensó, doblemente relevante, sintió que lo mejor sería posponer su intención. No contaba con claridad mental para poder argumentar en esos momentos. —¡Ven acá mí Alexa! — Ella se acercó para recostarse en su pecho, descansar por unos minutos de sus miedos e incertidumbres, a la vez aspiraba su fragancia acogedora, lo sentía como su hogar...un hogar en el que anhelaba vivir por siempre. Regresaba a casa con la bolsa intacta, un intento fallido, frenado por una notic