La claridad los despertó a ambos, desnudos en su lecho de amor, amanecieron en el Yate, sin ánimos emprendieron el regreso a la rutina diaria, en más de una ocasión este le insinuó quedarse más tiempo para seguir disfrutando de su compañía, por suerte hoy no le tocaba trabajar, Arlleta le había dado el día libre, el cual aprovecharía para una revisión médica. Ya en pista tuvo la prudencia de pedirle a Michael que la dejara dos kilómetros antes de llegar a casa, debían tener precaución hasta que su estatus de hombre casado, cambie, este entendió para acceder a regañadientes. Desde el punto que la dejo, en una segura tienda de confitería ubicada en una zona bastante segura, tomo un taxi a su casa...pudo comprobar que tomo la mejor decisión al llegar a la zona de su residencial, vio el auto