“Yo te deseo como las rosas desean la lluvia. Yo te necesito como los poetas necesitan las poesías” Anónimo Cuando Harris llegó, ya Emily estaba por salir de la mansión. Se toparon en la entrada. —¿Ya te vas? —le preguntó él. —¡Sí! Es mi horario. A pesar de que deseaba pedirle que se quedara, prefirió dejarla ir, tenía muchas cosas que hacer y pensar. Además las cosas entre ellos no habían quedado claras del todo ni en buenos términos. —Está bien. Jorge te llevará. ¿Cómo está mi hija? —De muy buen ánimo, por lo visto la ayudó mucho el hecho de que le diera de comer. —Gracias Emily, gracias por todo. ¡Hasta mañana! —¡Hasta mañana Harris. —él sonrió con un gesto forzado. Emily subió al auto. ¿Por qué estaba tan triste? ¿Qué lo había puesto de esa manera. Harris subió a su h