Cuando salgo del baño me embriaga una sensación de euforia que hacía tiempo que no sentía, nunca me habría imaginado que sería capaz de hacer algo así y a juzgar por la cara de Roberto, él tampoco.
Hasta que no volví a la pista de baile no me di cuenta de que había pasado un rato desde que nos fuimos. Ya no había nadie bailando en la barra, se habían movido todos a una terraza de la discoteca donde había sofás y la música estaba más suave. Estaban charlando animadamente en pequeños grupos, yo me acerco a un grupo en el que veo a Claudia, mientras me siento llego a ver que Roberto ha sido capaz de seguir mis pasos.
-¿Lo estás pasando bien?- Me dice Claudia. Casi noto una nota recriminatoria en su pregunta, como si supiera lo que acabo de hacer. Esto hace que me sonroje un poco. Pero ella parece no darle mayor importancia ya que está enfrascada en una conversación muy animada con Carmen y su último viaje.
Carmen es una antigua compañera de la universidad a la que no vemos muy a menudo. Siempre fue, y sigue siendo, tremendamente atractiva. Es una de esas chicas que deja a todo el mundo con el cuello torcido cuando va por la calle. Y lo mejor de todo, ella lo sabe y sabe sacarle partido. Nunca hemos hablado de ello, pero sospechamos que durante nuestra época de estudiantes salió de más de un apuro académico usando sus encantos.
Pero en verdad fue después de graduarse cuando Carmen les dio rienda suelta a sus cualidades, pues hasta donde sabemos, nunca ha llegado a trabajar, pero siempre se la ve del brazo de algún novio que le permite llevar un nivel de vida con el que la mayoría de las mortales solo podemos soñar. Hoy para variar, estaba ella sola.
- Bueno bueno, o sea que Abu Dabi, eh, Carmen- La increpa Claudia. - Ya sabes, es el culmen del lujo hoy en día. He estado en una suite en la que cabía toda la cuadra, me han llevado a navegar, a dar paseos por el desierto… Una experiencia magnífica - Responde Carmen.
- ¿Y quién es el? - Insiste Claudia. Carmen no puede reprimir una sonrisa. -Ya te he dicho que no puedo contarlo- Continua entre risas. -Solo diré que su familia es muy importante… y que es inmensamente rico.
Puedo ver como Claudia casi se relame con la historia de Carmen, es mi mejor amiga, pero a veces me da un poco de vergüenza cuando se comporta de ese modo. A Claudia, la historia incompleta de Carmen le ha sabido a poco, así que insiste. - ¿Volverás a verlo? - pregunta.
A Carmen le cambia la cara por completo cuando le hace esa pregunta, casi como si una sombra se le hubiera cruzado por en medio. Duda un poco antes de contestar y cuando lo hace su tono ha cambiado por completo. - Amed es un hombre muy particular, desde luego que ha sido muy… interesante pasar un tiempo con él, pero yo creo que no es para mí.
Claudia no deja pasar el tema, quiere más detalles. -Bueno ¿y es guapo? ¿Qué tal… ya tú sabes? - Carmen suelta una sonora carcajada y después concluye. - En ese aspecto digamos que no me puedo quejar en ningún aspecto. - Claudia da un pequeño silbido y sigue cuchicheando. Yo, que ya he tenido suficiente y bebido demasiado, decido que es hora de volver a casa. Me deslizo detrás de Roberto, le sujeto suavemente por la cintura y le susurro al oído que nos vayamos.