Desde la entrada en la que nos ha dejado el conductor sólo se puede tomar un ascensor. Así que nos subimos en ese ascensor circular de cristal con detalles dorados que parece sacado de una película de ciencia ficción. -Dale al último piso Cata, es donde está el sitio que te dije, ya lo verás, te va a encantar. Pulso el piso 25 y el aparato comienza a moverse muy rápido pero sin dar tirones. Tras unos segundos bajo tierra, el ascensor sale a la superficie, y la vista me deja boquiabierta. El centro comercial se dispone alrededor de un gigantesco oasis con palmeras descomunales. La luz es tan intensa que parece que el oasis está al aire libre pero no es así, en cuanto mis ojos se acostumbran a la luz, consigo ver una cúpula sobre el edificio. La cúpula es tan grácil y ligera que parece pa