El día en el que mi vida enfilo con dirección hacia la batalla más dolorosa y difícil de toda mi existencia fue el mismo día en el que el llego y se presentó ante mí con su galantería y prepotencia seductora. Ese día me sentía cansada harta de estar en el mismo sitio cada fin de semana mientras mis amigos salían a divertirse, entonces comprendía que muy dentro de mi anhelaba ser un poco como ellos, los envidiaba de cierta forma no para hacerles daño solo para sentirme tan libre como ellos. Pero me era necesario estar allí, de eso dependían mis estudios además siendo aún menor de edad no podía optar por nada mejor. Tan concentrada estaba en mis pensamientos que me sorprendí al escuchar la voz masculina que me estremeció por completo. ─Buenas tardes, señorita ─me tape la boca rápidamente t