No sé qué tantas cosas pasaban por mi mente, era una chica joven que creía estar enamorada de dos hombres, uno más maduro que el otro, uno me había hecho mujer y el otro me enseñaba a ser tratada como tal. Me sentía confundida, ansiosa y sin saber qué hacer, por un lado quería terminar mi relación con Santiago para tener algo más estable con Gabriel, pero por otra parte sentía que mi vida perdía sentido si no estaba a su lado, al mismo tiempo creía que estar con Gabriel y darme la oportunidad de una relación real con él era mi mejor opción y, sin embargo, seguía atada de manos no queriendo estar sin ninguno de los dos.
Recuerdo que una vez le declare mis sentimientos a Gabriel, fue un día que encontré el valor para decirlo en voz alta, tenía conocimiento de lo que sentía por mí. Sabía que
