Dexter
Pasé las siguientes horas trabajando con Jon para encontrar esta subasta. Hemos aprendido que tendrá lugar mañana por la noche.
También hemos aprendido que el tipo que la organiza se llama Mister Grey.
Tenemos algunas posibles ubicaciones, todas son edificios abandonados.
—Jon, deberíamos comenzar a buscar en este edificio. —Le entrego un papel con la lista de edificios.
—¿Quieres comenzar hoy?
—Sí, vamos a reunir a algunos hombres, informaré a mi padre de lo que encontramos. Con suerte, puedo evitar a la falsa barbie.
—Amigo, no es la forma correcta de hablar de tu prometida...
Solo le gruño.
—Ve a preparar a los hombres —le digo.
—Sí, su Alteza. —Hace una reverencia dramática con las manos abiertas, como el idiota que es.
—¿Podrías por favor irte, idiota? —le grito.
Se levanta y se va riendo todo el camino.
—Papá—, llamo a través del enlace.
—Sí, Dexter—.
—Tengo información sobre esa subasta, estamos a punto de salir, pero quería mostrarte lo que encontramos.
—Muy bien, estoy en mi oficina—.
—¿Dónde está nuestro invitado, papá?—
—Tu madre y Brenda están revisando los detalles para el baile—.
—De acuerdo, voy a tu oficina ahora. Jon está preparando a los hombres—.
Me levanto y salgo de la habitación en la que he estado todo el día evitando a ciertas personas.
Camino hacia la oficina de mi padre y percibo un fuerte perfume. Toco la puerta y escucho a mi padre decirme que entre.
Lo primero que veo es a esa molesta mujer sentada con mi madre.
Ella se levanta y viene directamente hacia mí. Engancha su brazo con el mío.
—Esperaba verte antes de que te fueras. Tu padre dice que tienes algún asunto que resolver en la ciudad.
Miro a mi padre y levanto una ceja.
—Acostúmbrate a ella, Dexter, pronto será tu reina—.
Oigo a mi padre en mi cabeza.
Me acerco al escritorio de mi padre, miro a mi madre y veo que tiene esa expresión que dice —no hagas ninguna tontería—.
—Señora, si nos disculpas, hay un asunto importante que debo discutir con el rey.
Digo con la voz más amable que puedo reunir.
Mi madre es la primera en pararse.
—Por supuesto, Dexter, ustedes dos atiendan sus asuntos.
Se dirige a la sanguijuela en mi brazo.
—Ven, querida, vamos a terminar los arreglos florales para tu baile.
Mi madre hace un gesto con la mano.
—Sí, mi Reina. —Oigo su voz molesta y me contengo de rodar los ojos.
Ella se acerca y me besa en la mejilla.
—Nos vemos más tarde, mi príncipe.
Solo la miro de reojo. Ella me suelta y sigue a mi madre fuera de la oficina, cerrando la puerta.
Miro a mi padre.
—Papá —le digo.
—Hijo, debes acostumbrarte a ella, en un mes se casarán.
—¡Papá! No necesito casarme para acceder al trono, he estado haciéndolo todo por un tiempo y ella no es mi pareja destinada, sabes que mi dragón no estará contento.
—Lo sé, Dexter, pero no tienes opción, tendrás que hacer que tu dragón la acepte, no hay otra forma.
—Nunca la aceptaré, es tan falsa, ¿no lo ves? No será una buena líder, solo está buscando el título que ostentará. Yo tampoco quiero una pareja o una esposa, pero cuido de mi gente y hago lo que se necesita. Ella ni siquiera sabe que soy un dragón, ¿cómo pretendes contarle sobre nosotros?
Mi padre suspira.
—Dexter, sé que hay mucho por cubrir aún, pero lo haremos con el tiempo y debes aceptarla, te lo ordeno.
Ruge mientras sus ojos brillan de amarillo, su dragón está en la superficie.
Bajo la cabeza en sumisión. Él sigue siendo el rey y mi padre.
—Ahora cuéntame lo que has encontrado.
Levanto la vista y veo que sus ojos son normales.
Me siento y explico todo lo que descubrimos.
—Jon tiene una lista de edificios, vamos a comenzar a buscarlos hoy, la subasta tendrá lugar mañana por la noche. Así que no tenemos mucho tiempo.
—De acuerdo, adelante, manténme informado a medida que avanzan —me dice.
—Sí, señor —digo mientras me levanto y me dirijo hacia la puerta.
—Dexter —me llama. Me volteo para mirarlo.
—Lamento haberte forzado la mano, pero debes entender que no hay otra opción.
Solo asiento con la cabeza, sin querer entrar en otra discusión con él.
Me giro y salgo de la oficina.
—Jon—, llamo a través del enlace.
—Sí, hombre—, responde.
—Bajo ahora, ¿todos están listos?—.
—Sí, ya estamos afuera—.
Bajo hacia la puerta principal cuando veo a la única persona que no quiero ver en este momento.
—Espera, Dexter —me llama.
Me detengo en seco y la miro.
Ella se detiene frente a mí.
—Solo quería despedirme de ti —dice con esa voz molesta que me dan ganas de estrellar mi cabeza contra una pared.
Ella extiende sus manos y las frota por mis brazos, puedo sentir a mi dragón empujando para salir.
Doy un paso hacia atrás.
—Dexter, por favor, dame una oportunidad para mostrarte que seré una buena esposa y reina.
Tengo que contener mi gruñido. Me inclino para estar a la altura de sus ojos.
—Mis padres han decidido elegirte, pero puedo ver a través de tu falsa imagen. Puedes haberlos engañado, pero a mí no tan fácilmente. No quiero una esposa o reina, no hago compromisos, mi padre me está obligando a casarme contigo, eso no significa que estaremos juntos. ¿Te queda claro? Así que deja de intentarlo.
Me levanto de nuevo y ella tiene lágrimas en sus ojos. Giro y camino hacia la puerta. Me detengo y miro hacia atrás.
—Oh, y es príncipe Dexter para ti.
Salgo y cierro la puerta detrás de mí sin darle otro pensamiento.
Camino hacia los autos que están alineados, estoy tan irritado por su acto que solo quiero destrozar algo.
—Hombre, ¿qué te pasó? —pregunta Jon.
—Esa condenada idiota Brenda es lo que pasó. Primero, ella estaba en la oficina de mi padre esperándome como si ya fuera mi esposa, y luego me detuvo en mi camino de salida. A ella no le importo yo ni cuáles serán sus deberes, todo se trata del título y el dinero. No confío en ella y mi dragón la encuentra irritante.
—Así que solo deséchala como has hecho con todas las demás.
—No puedo, mi padre me ha ordenado aceptarla, tuvimos una discusión al respecto. Dije que mi dragón nunca la aceptaría y él usó su autoridad sobre mí, ahora no tengo otra opción.
—Bueno, tal vez cambien de opinión si encuentras a tu pareja destinada.
—Seguro, como si la fuera a encontrar antes de que termine el mes. Porque eso es todo el tiempo que me están dando.
—¡Hombre, un mes completo, eso es una locura!
—Sí, cuéntame al respecto, y ahora ella piensa que tiene el derecho de estar todo el tiempo encima de mí.
—Lo siento por ti, hombre, pero no sé qué vas a hacer si tu padre te ordenó tomarla como tu esposa.
—No lo sé, creo que haré que alguien investigue el trasfondo de su familia, ella parece estar esforzándose demasiado.