Capítulo tres

1429 Words
Dexter Estoy parado con mi padre y mi madre, esperando justo afuera de la puerta principal a que lleguen el Sr. Anderson y su hija. Los guardias de mi padre llamaron desde la entrada diciendo que los dejaron pasar.  —Dexter querido, por favor párate derecho —me dice mi madre.  —Lo estoy, madre —le digo. —No discutas con tu madre. —Escucho a mi padre.  Solo gimo y me paro más derecho de lo que ya estaba. —Por favor, sé amable con nuestros invitados —dice mi padre.  —Siempre soy amable —le digo.  Él solo me mira de esa forma.  Suspiro.  —Está bien, padre —le digo.  Mi madre me acaricia el brazo, la miro y ella me sonríe. Yo le sonrío de vuelta, aunque me estén obligando a elegir una pareja, ella sigue siendo mi madre y la quiero. Escucho un carro llegar, miro hacia allá y veo una limusina negra deteniéndose.  Una limusina, por supuesto, me digo a mí mismo.  —Escuché eso —dice mi padre con tono bajo.  Maldición, olvidé a mis nuevos guardaespaldas.  —Lo siento —murmuro.  Él solo niega con la cabeza. El conductor sale y da la vuelta al carro. Al abrir la puerta veo que baja un caballero, parece tener cerca de treinta y tantos años, se gira y extiende su mano. Veo que ayuda a una joven a salir del auto. Ella se para junto a él. Lleva puesto un largo vestido azul, y tiene el cabello rubio recogido en un moño.  Parece demasiado tensa para mí, con aspecto de ser muy exigente.  —Rey Charles. —El caballero extiende su mano hacia mi padre.  —Sr. Anderson —responde mi padre.  Él hace un gesto con su mano hacia mi madre. —Ella es mi esposa, Reina Laura. —Un placer. —Él se acerca para tomar la mano de mi madre.  —El placer es todo nuestro, Sr. Anderson.  Se levanta y me mira.  Mi padre pone su mano sobre mi hombro.  —Este es mi hijo, el príncipe Dexter. —Príncipe, es un gusto conocerte. —Extiende su mano. Se la estrecho pero no digo nada.  Aleja su mano de vuelta y la coloca detrás de la mujer a su lado.  —Ella es mi hija, Brenda.  Ella me mira y pestañea como si fuera a hacer algo especial.  Escucho a mi padre aclarar su garganta.  —Dexter, por favor reconoce a la joven dama—  Escucho la voz de mi padre en mi cabeza.  Solo gimo y extiendo mi mano hacia ella. Ella me sonríe.  —Un gusto conocerte —le digo.  —Igualmente —responde y puedo notar que su voz ya me resulta irritante.  —¿Por qué no entramos? Tengo un almuerzo maravilloso preparado para nosotros. —Escucho a mi madre. Solo sonrío, ella siempre es la mediadora y siempre se asegura de que todos estén bien atendidos.  —Hijo, por favor acompaña a nuestros invitados adentro —dice mi padre.  —¿Tengo que hacerlo?— digo a través del vínculo.  —Sí, ahora ve y sé amable— responde él.  —Bueno, está bien—. —Vayamos. Extiendo mi brazo hacia ella, ella ríe. Coloca su mano en mi brazo y se pone a mi lado.  Giramos y entramos por la puerta, camino al área del comedor.  —Este lugar es precioso — dice mientras mira alrededor. Yo solo ruedo los ojos y sigo caminando.  —Reina Laura, ¿cómo mantienes este lugar tan limpio? —dice ella con voz aguda.  —Tenemos un personal completo para eso, querida. Escucho a mi madre contestarle.  Como si no lo supiera ya, pensé para mí mismo.  Siento que comienza a frotar sus dedos en mi brazo, encuentro eso bastante irritante.  Finalmente llegamos al área del comedor. Veo que tienen todo preparado.  Mi padre llevó a mi madre y le sacó la silla.  —Sr. Anderson, ¿por qué no se sienta al lado de mi esposa? Mi padre hace un gesto con la mano.  —Gracias, rey Charles. Genial, eso me deja a mí sentado a su lado. Gimo para mis adentros.  Le saco la silla y le hago un gesto para que se siente.  —Gracias, príncipe Dexter.  Ella pasa la mano por mi brazo. Se sienta y se ve como una tabla allí sentada.  ¿Cómo puede soportar estar tan derecha? Saco mi silla y me siento.  Miro a mis padres, quienes nos sonríen.  Genial, ahora pensarán que quiero casarme con ella.  Luego los camareros traen la comida y la colocan en la mesa. Comenzamos a servirnos, pero veo que ella solo juega con su ensalada. Maravilloso, una mujer que no le gusta comer.  Lleno mi plato, no voy a perderme la comida, los chefs aquí hacen comida deliciosa.  —Así que Brenda, cuéntanos sobre ti —dice mi madre, instándola a hablar.  Ella mira a mi madre y deja su tenedor en el plato.  —Me gradué el año pasado y ahora estoy en mi primer año de universidad. Me gusta planificar eventos y organizar fiestas, también me gusta diseñar ropa, espero comenzar mi propia línea algún día. Disfruto pasar tiempo con mi familia, creo que es muy importante. Continuó hablando de sí misma, parece como si lo hubiera ensayado. Miro a su padre, quien la observa con atención.  Finalmente dejó de hablar. —Bueno, eso suena encantador, querida, pareces saber hacia dónde te diriges en la vida. —Así que, ¿te gusta hacer actividades al aire libre, como senderismo, deportes o algo por el estilo? —le pregunto. Me mira con ojos abiertos.  —Oh, eh, no, no realmente, mi madre siempre me dijo que el lugar de una mujer está dentro de la casa, cuidando de la casa y la familia.   —Dexter —amenaza mi padre. —Lo que estaba preguntando es cuánto le gusta estar al aire libre. —Sí, bueno, no a todos les gusta estar afuera todo el tiempo —responde mi padre. —Bueno, si el príncipe Dexter prefiere estar afuera, estaría encantada de hacer ese cambio por él —le dice a mi padre. —No será necesario —le dice mi madre a ella. —Tu padre y tú se quedarán unos días, esto les dará tiempo a ustedes dos para conocerse —le dice mi padre a ella.  Levanto las cejas hacia él. —Papá— llamo a través del vínculo. —Dexter, hemos tomado nuestra decisión y Brenda será tu novia elegida. Esta fue la primera presentación para ustedes dos. En una semana anunciaremos su compromiso al público. Celebraremos un baile para celebrar su compromiso y luego, dentro de un mes, celebraremos la boda real—. Solo miro a mis padres. —Papá, no es mi compañera destinada— le digo a través del vínculo. —Dexter, no tenemos otra opción, necesitas tomar una novia este año, tienes veinticinco años, necesitas tomar el trono, he estado gobernando por mucho tiempo—. Lo escucho en mi cabeza. Siento una mano en mi brazo. —No te preocupes, príncipe Dexter, seré una buena esposa para ti. —La escucho decirme. Quiero gruñirle en este momento, pero sé que mi padre me castigará por eso. —Permiso, tengo trabajo que atender —les digo, empujo mi silla hacia atrás, me levanto y salgo de la habitación.  Estaba más que enfadado y no quería quedarme allí más tiempo. Camino por el pasillo hacia la otra oficina que uso para mis misiones, abro la puerta de un ala y la cierro de golpe, haciendo que todos en la habitación den un pequeño salto.  Me dirijo furiosamente a mi escritorio y me siento con un resoplido. —Supongo que la reunión no fue muy bien —me pregunta Jon. Solo lo miro. —No, han elegido a esta joven arrogante para que sea mi novia, están organizando un baile de compromiso en una semana. Y, para colmo, ella y su padre se quedarán durante toda la maldita semana.  Aprieto los puños. —Mis padres piensan que la voy a aceptar como compañera, pero no. No es mi compañera destinada. Además, no quiero establecerme, no necesito estar casado para ser rey, estoy bien solo. Jon no dice nada. Él sabe mantenerse callado cuando estoy furioso. —Bien, ¿empecemos a trabajar? —dice él. —Sí, muéstrame lo que tienes hasta ahora. Simplemente me sumerjo en la misión de encontrar esta subasta y a estas chicas que han sido separadas de sus familias.
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